Roldán Vera Mariluz.
El término civilización tiene dos significados, el primero, es el proceso que ha hecho más civiles a los seres humanos, el segundo hace referencia al conjunto de costumbres, estructuras y cultura que conforman cierto tipo de conglomerado histórico.
El primer concepto apareció a mediados del siglo XVIII como antónimo de barbarie en los textos de el francés Mirabeau y el inglés Adam Ferguson. En pocas palabras el término reflejaba el triunfo de las ideas propuestas por el movimiento de la Ilustración.
La Revolución Francesa que se dio después del proceso antes mencionado, y por ende los ejércitos al mando de Napoleón Bonaparte perseguían la idea de la civilización, sin embargo la poca aceptación al imperio de éste impidió que el plan se realizara como se tenía previsto.
Con la aparición del capitalismo esta concepción no cambió mucho. La relación de la ciencia entendida como el desencadenamiento del mundo y el capitalismo como una civilización que busca nuevos beneficios fue destacada por Max Weber.
Freíd entiende a la civilización de una manera distinta, explica que ésta está fundamentada en la renuncia a los instintos o a la satisfacción instintiva.
A partir del siglo XIX, apareció el doble significado ambiguo de la palabra civilización, entendiéndose que, en singular era el constructor ideológico de los defensores del nuevo sistema global, mientras que el concepto civilizaciones, en plural, surgió como defensa contra los estragos de la civilización en singular.
En la actualidad el papel que desempeñan las civilizaciones múltiples en el sistema no es muy claro, sin embargo, en realidad estas civilizaciones son los focos de movimientos antisistémicos relevantes. Ante esto, quizás sea este el momento oportuno para eliminar las diferencias que existen entre civilización en singular y civilizaciones en plural.
BIBLIOGRAFÍA:
WALLERSTEIN, Immanuel, Geopolítica y Geocultura, Barcelona, Editorial Kairos, 2007, 336 pp.
El primer concepto apareció a mediados del siglo XVIII como antónimo de barbarie en los textos de el francés Mirabeau y el inglés Adam Ferguson. En pocas palabras el término reflejaba el triunfo de las ideas propuestas por el movimiento de la Ilustración.
La Revolución Francesa que se dio después del proceso antes mencionado, y por ende los ejércitos al mando de Napoleón Bonaparte perseguían la idea de la civilización, sin embargo la poca aceptación al imperio de éste impidió que el plan se realizara como se tenía previsto.
Con la aparición del capitalismo esta concepción no cambió mucho. La relación de la ciencia entendida como el desencadenamiento del mundo y el capitalismo como una civilización que busca nuevos beneficios fue destacada por Max Weber.
Freíd entiende a la civilización de una manera distinta, explica que ésta está fundamentada en la renuncia a los instintos o a la satisfacción instintiva.
A partir del siglo XIX, apareció el doble significado ambiguo de la palabra civilización, entendiéndose que, en singular era el constructor ideológico de los defensores del nuevo sistema global, mientras que el concepto civilizaciones, en plural, surgió como defensa contra los estragos de la civilización en singular.
En la actualidad el papel que desempeñan las civilizaciones múltiples en el sistema no es muy claro, sin embargo, en realidad estas civilizaciones son los focos de movimientos antisistémicos relevantes. Ante esto, quizás sea este el momento oportuno para eliminar las diferencias que existen entre civilización en singular y civilizaciones en plural.
BIBLIOGRAFÍA:
WALLERSTEIN, Immanuel, Geopolítica y Geocultura, Barcelona, Editorial Kairos, 2007, 336 pp.
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