Roldán Vera Mariluz.
Estados Unidos emergió como una de las potencias más importantes al término de la Segunda Guerra Mundial, contaba con una industria muy moderna y además su producción agrícola era muy elevada.
En un estado totalmente opuesto se encontraban los países que alguna vez habían sido sus rivales, Alemania, Japón y la URSS que estaba muy desgastada debido a la guerra.
La hegemonía de Estados Unido era un hecho, sin embargo para mantenerla necesitaba dejar muy atrás tanto en ventas como en producción a sus rivales y también crear instituciones económicas sólidas que le permitieran manejar las cuatro zonas más importantes del mundo: URSS, los países industrializados, “Tercer Mundo” y los propios Estados Unidos.
El principal problema al que tuvo que enfrentarse Estados Unidos fue a la poca capacidad de adquisición de los demás países, debido a los estragos que había causado la guerra, por lo que aplicó el Plan Marshall y otros programas de reconstrucción.
Para la década de los 50s Estados Unidos ya se había convertido en el líder del bloque político-militar formado por un grupo de países industrializados que con el tiempo comenzaron a recuperar su economía.
La relación que mantenían la URSS y Estados Unido era un tanto complicada, de hecho Winston Churchill declaró la existencia de una “cortina de acero” que separaba al mundo comunista (socialista) del mundo libra (capitalista).
El Tercer Mundo le interesaba mucho a Estados Unidos, estaba consicente de que no representaban un mercado inmediato, sin embargo también sabía que eran regiones muy vastas y con riquezas minerales, lo que las hacía atractivas. La preocupación en ese momento era que dichas zonas eran volátiles y podrían entrar al comunismo.
En Estados Unidos había un conflicto interno producido entre las clases medias, el desacuerdo era si económicamente hablando el país debía de seguir mirando hacia adentro o si debía comerciar con el exterior, de hecho esta diferencia de opiniones fue la causante de que este país fuera la última gran potencia que intervino en la Segunda Guerra Mundial.
El senador Arthur Vandenberg hizo un llamamiento a una política exterior bipartidista que rápidamente fue aceptada por Roosevelt y Truman.
La lucha de clases fue más difícil de evitar, en 1946 obreros de General Motors iniciaron una larga huelga que se resolvió con un buen aumento de salarios y lo beneficios de los trabajadores, a cambio de un aumento de la productividad, un compromiso de no hacer huelgas y el derecho de elevar los precios.
Había un último conflicto social que Estados Unidos debía solucionar, la opresión de los negros, en 1948 el presidente Truman comenzó a ir en contra de la discriminación y en 1954 el Tribunal Supremo declaró la segregación como inconstitucional.
El los años 60s se dio el milagro alemán y el asombroso desarrollo de Japón, con lo que volvían a colocarse como una competencia importante para los Estados unidos. Esta situación no era muy buena para este país, ya que las otras naciones después de ser sus aliados pasaron a representar un peligro.
La economía iba en descenso, después de un periodo de prosperidad, en los 70s se dio un recorte financiero, inflación, el aumento del precio del petróleo y el grave índice de desempleo. Para enfrentar esta situación Nixon, Ford y Carter probaron la “búsqueda de la postura de la escasez”.
También desarrollaron una estrategia para reestablecer las relaciones con China y la Unión Soviética.
Igualmente probaron otra estrategia en Tercer Mundo, la cual llevaría a una reducción drástica del nivel de intervencionismo político contra los movimientos radicales.
Por último en Estados Unidos en vez de denunciar la contracultura, el sistema trato de abrirse un poco e integrar las nuevas modas y costumbres de los jóvenes.
Todos estos cambios que se produjeron durante los años setenta fueron una consecuencia de las transformaciones geopolíticas y una economía sin bases bien sólidas.
Estados unidos estaba en declive, sin embargo sus líderes trataron de hacer todo lo posible tanto para levantarlo como para que la calidad de vida no fuera mala.
Después de derrocar a Carter los votantes eligieron a Ronald Reagan y la base fundamental de su posterior fuerza política consistió en ajustarse a las nuevas realidades del mundo y reconocer las limitaciones que tenía el país.
Reagan decía que Estados Unidos debía de tener mano dura una vez más con los demás países para que éstos volvieran a respetarlo, sin embargo esta actitud no funcionó tan bien en todas las zonas del mundo.
En cuanto a Estados Unidos Reagan intimidó a los demócratas por medio de una lectura tergiversada de la política exterior bipartidista, además rompió los acuerdos entre trabajadores y capital dejando a los sindicatos sin un centavo. De igual manera se mostró muy hostil con las minorías y con los problemas sociales.
Así se concluye que el querer actuar de manera dura no fue la mejor solución a los problemas por los que estaba pasando Estados Unidos, sin embargo tampoco el proceder de Nixon, Ford y Carter.
Todos ellos trataron de salvar al país y de sacarlo a flote de nuevo, pero no supieron aplicar las medidas correctas para lograr una solución favorable del todo.
BIBLIOGRAFÍA:
WALLERSTEIN, Immanuel, Geopolítica y Geocultura, Barcelona, Editorial Kairos, 2007, 336 pp.
En un estado totalmente opuesto se encontraban los países que alguna vez habían sido sus rivales, Alemania, Japón y la URSS que estaba muy desgastada debido a la guerra.
La hegemonía de Estados Unido era un hecho, sin embargo para mantenerla necesitaba dejar muy atrás tanto en ventas como en producción a sus rivales y también crear instituciones económicas sólidas que le permitieran manejar las cuatro zonas más importantes del mundo: URSS, los países industrializados, “Tercer Mundo” y los propios Estados Unidos.
El principal problema al que tuvo que enfrentarse Estados Unidos fue a la poca capacidad de adquisición de los demás países, debido a los estragos que había causado la guerra, por lo que aplicó el Plan Marshall y otros programas de reconstrucción.
Para la década de los 50s Estados Unidos ya se había convertido en el líder del bloque político-militar formado por un grupo de países industrializados que con el tiempo comenzaron a recuperar su economía.
La relación que mantenían la URSS y Estados Unido era un tanto complicada, de hecho Winston Churchill declaró la existencia de una “cortina de acero” que separaba al mundo comunista (socialista) del mundo libra (capitalista).
El Tercer Mundo le interesaba mucho a Estados Unidos, estaba consicente de que no representaban un mercado inmediato, sin embargo también sabía que eran regiones muy vastas y con riquezas minerales, lo que las hacía atractivas. La preocupación en ese momento era que dichas zonas eran volátiles y podrían entrar al comunismo.
En Estados Unidos había un conflicto interno producido entre las clases medias, el desacuerdo era si económicamente hablando el país debía de seguir mirando hacia adentro o si debía comerciar con el exterior, de hecho esta diferencia de opiniones fue la causante de que este país fuera la última gran potencia que intervino en la Segunda Guerra Mundial.
El senador Arthur Vandenberg hizo un llamamiento a una política exterior bipartidista que rápidamente fue aceptada por Roosevelt y Truman.
La lucha de clases fue más difícil de evitar, en 1946 obreros de General Motors iniciaron una larga huelga que se resolvió con un buen aumento de salarios y lo beneficios de los trabajadores, a cambio de un aumento de la productividad, un compromiso de no hacer huelgas y el derecho de elevar los precios.
Había un último conflicto social que Estados Unidos debía solucionar, la opresión de los negros, en 1948 el presidente Truman comenzó a ir en contra de la discriminación y en 1954 el Tribunal Supremo declaró la segregación como inconstitucional.
El los años 60s se dio el milagro alemán y el asombroso desarrollo de Japón, con lo que volvían a colocarse como una competencia importante para los Estados unidos. Esta situación no era muy buena para este país, ya que las otras naciones después de ser sus aliados pasaron a representar un peligro.
La economía iba en descenso, después de un periodo de prosperidad, en los 70s se dio un recorte financiero, inflación, el aumento del precio del petróleo y el grave índice de desempleo. Para enfrentar esta situación Nixon, Ford y Carter probaron la “búsqueda de la postura de la escasez”.
También desarrollaron una estrategia para reestablecer las relaciones con China y la Unión Soviética.
Igualmente probaron otra estrategia en Tercer Mundo, la cual llevaría a una reducción drástica del nivel de intervencionismo político contra los movimientos radicales.
Por último en Estados Unidos en vez de denunciar la contracultura, el sistema trato de abrirse un poco e integrar las nuevas modas y costumbres de los jóvenes.
Todos estos cambios que se produjeron durante los años setenta fueron una consecuencia de las transformaciones geopolíticas y una economía sin bases bien sólidas.
Estados unidos estaba en declive, sin embargo sus líderes trataron de hacer todo lo posible tanto para levantarlo como para que la calidad de vida no fuera mala.
Después de derrocar a Carter los votantes eligieron a Ronald Reagan y la base fundamental de su posterior fuerza política consistió en ajustarse a las nuevas realidades del mundo y reconocer las limitaciones que tenía el país.
Reagan decía que Estados Unidos debía de tener mano dura una vez más con los demás países para que éstos volvieran a respetarlo, sin embargo esta actitud no funcionó tan bien en todas las zonas del mundo.
En cuanto a Estados Unidos Reagan intimidó a los demócratas por medio de una lectura tergiversada de la política exterior bipartidista, además rompió los acuerdos entre trabajadores y capital dejando a los sindicatos sin un centavo. De igual manera se mostró muy hostil con las minorías y con los problemas sociales.
Así se concluye que el querer actuar de manera dura no fue la mejor solución a los problemas por los que estaba pasando Estados Unidos, sin embargo tampoco el proceder de Nixon, Ford y Carter.
Todos ellos trataron de salvar al país y de sacarlo a flote de nuevo, pero no supieron aplicar las medidas correctas para lograr una solución favorable del todo.
BIBLIOGRAFÍA:
WALLERSTEIN, Immanuel, Geopolítica y Geocultura, Barcelona, Editorial Kairos, 2007, 336 pp.
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