Diego Armando Tripp Arcos!!!
La economía mundial capitalista se encuentra (como todos los sistemas económicos en algún momento) en serias dificultades que podría ser cada vez peores, tal vez en una década tome medidas para ser rescatada y se recuperará, volverá a funcionar de forma normal, pero en un siglo aproximadamente es inminente su desaparición.
A partir de el término de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el capitalismo tuvo un enorme esparcimiento a nivel global, para después sufrir un estancamiento entre 1967 y 1973 que trajo como consecuencia un alto índice de desempleo, que afectó a los trabajadores asalariados y por ende a muchos sectores con menos oportunidades de desarrollo, hipotéticamente, este estancamiento pudo haberse extendido hasta el año 2000.
De 1945 a 1967 la hegemonía estadounidense se presentó en su máximo esplendor, mientras el Tercer Mundo emergió por su organización política; sin embrago las guerras en Vietnam y Argelia provocaron algunos desequilibrios políticos. Se habla se un cambio de realidad geopolítica cuando la revolución mundial del 68 cambia la hegemonía de Estados Unidos (que también contaba con una fuerte influencia cultural), y al mismo tiempo la realidad de los movimientos antisistémicos tradicionales.
Para explicar la situación de 1988 al año 2000 se puede hacer una proyección meramente hipotética para dar cuenta de las nuevas opciones ante el fin de la economía estadounidense; una es Japón y la otra Europa occidental que serían Francia y Alemania , aunque en realidad se creó la Unión Europea que llegó para que los países del viejo continente contaran con una base económica sólida para enfrentarse a las exigencias mundiales: como supone una mejoría, no puede incluirse cualquier país.
Puede que Japón y Europa mejoren sus posiciones con respecto a Estados Unidos para la cual es necesario no dejar de lado diversos factores que resultan relevantes para esta cuestión, porque los movimientos sociales todavía no se han recuperado de los revoluciones del 68, ya que este hecho trajo nuevos movimientos en todo el mundo que pretendían una transformación social total y radical
Algunos de los intentos se hicieron en parte realidad cuando el poder del Estado fue ganado por los socialdemócratas, los comunistas y los movimientos de liberación nacional en varias entidades del mundo, aunque poco tiempo después también se vieran corrompidos al ser neutralizados por los conservadores. El año de 1968 también trajo como consecuencia el favorable avance de las ciencias sociales y por ende el cambio de visión de sus dirigentes.
Para los años de 2000 al 2050 existen diversos vectores que pueden acarrear muchas posibilidades, uno de ellos es que la economía mundial capitalista retome su camino y siga funcionando de la manera en que le conviene a sus dirigentes, algo con lo que la unificación de Europa se vería beneficiada.
Otro vector posible es que Europa tome serias acciones contra el proteccionismo que podrían crear Japón y Estados Unidos, porque ese continente tiene una ventaja política importante con respecto a sus adversarios.
El tercer vector supone la proyección económica entre el Norte y el Sur. Una expansión mundial sobre todo en intra-Norte, podría acarrear un malestar en los países del Sur que tomarían acciones que traerían problemas difíciles para el Norte, al no poderlos erradicar de una manera fácil. Con esto llegaría una fuerte expresión y expansión del Tercer Mundo que no podrá ser callada después de 2020.
El cuarto vector presume una renovación en la revolución mundial del 68 tanto en los movimientos como en las ciencias sociales, sobre todo si los movimientos “viejos” y los “nuevos” llegan a acuerdos que beneficien a los dos, si logran este consenso será mucho más fácil librar las batallas próximas y las más duras; así podrían considerarse realmente “antisistémicos”. Las ciencias sociales deben tomar su papel en serio, porque si logran alcanzar una organización óptima, existirán más posibilidades plausibles para un verdadero cambio en el sistema económico.
En lo que se refiere a ese cambio, también habrá escenarios posibles como por ejemplo, que en la lucha por el manejo mundial sobrevenga una “guerra mundial” entre Europa y Japón, este último con posibles alianzas con China y Estados Unidos, guerra que podría llegar a efectuarse en 2050.
Otro escenario es que se haga un nuevo orden sin normas y se organice algo diferente a lo ya conocido, el problema es que actores sociales guíen esa nueva organización, ya que podría ser manipulada por los individuos que en la actualidad ostentan el poder, y como consecuencia armarían un nuevo modelo que sólo les beneficie a ellos mismos, dejando de lado a los que cuentan con menos posibilidades de desarrollo.
El tercer escenario probable sería que el derrumbe del sistema trajera una anarquía, un modelo de mera experimentación que podría agravar las cosas y llevara a un caos social peor al actual. Entonces, ¿qué es lo que se puede hacer?, no se cuenta con una respuesta concreta, pero lo que es definitivo, es que la lucha de los movimientos sociales-antisistémicos debe librarse por separado a la que llevan las ciencias sociales.
Como nada está escrito es difícil teorizar sobre lo que pueda pasar después del desmoronamiento del sistema capitalista, algo evidente es ya no es posible vivir dentro de ese sistema, su contante renovación se ha desgastado, lo que sigue es buscar una nueva organización de manera urgente que resuelva los problemas sembrados por el capitalismo y que otorgue una verdadera igualdad social, sólo porque la humanidad lo merece.
Bibliografía: Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Kairós. España. 2007. Pp. 171- 189.
A partir de el término de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el capitalismo tuvo un enorme esparcimiento a nivel global, para después sufrir un estancamiento entre 1967 y 1973 que trajo como consecuencia un alto índice de desempleo, que afectó a los trabajadores asalariados y por ende a muchos sectores con menos oportunidades de desarrollo, hipotéticamente, este estancamiento pudo haberse extendido hasta el año 2000.
De 1945 a 1967 la hegemonía estadounidense se presentó en su máximo esplendor, mientras el Tercer Mundo emergió por su organización política; sin embrago las guerras en Vietnam y Argelia provocaron algunos desequilibrios políticos. Se habla se un cambio de realidad geopolítica cuando la revolución mundial del 68 cambia la hegemonía de Estados Unidos (que también contaba con una fuerte influencia cultural), y al mismo tiempo la realidad de los movimientos antisistémicos tradicionales.
Para explicar la situación de 1988 al año 2000 se puede hacer una proyección meramente hipotética para dar cuenta de las nuevas opciones ante el fin de la economía estadounidense; una es Japón y la otra Europa occidental que serían Francia y Alemania , aunque en realidad se creó la Unión Europea que llegó para que los países del viejo continente contaran con una base económica sólida para enfrentarse a las exigencias mundiales: como supone una mejoría, no puede incluirse cualquier país.
Puede que Japón y Europa mejoren sus posiciones con respecto a Estados Unidos para la cual es necesario no dejar de lado diversos factores que resultan relevantes para esta cuestión, porque los movimientos sociales todavía no se han recuperado de los revoluciones del 68, ya que este hecho trajo nuevos movimientos en todo el mundo que pretendían una transformación social total y radical
Algunos de los intentos se hicieron en parte realidad cuando el poder del Estado fue ganado por los socialdemócratas, los comunistas y los movimientos de liberación nacional en varias entidades del mundo, aunque poco tiempo después también se vieran corrompidos al ser neutralizados por los conservadores. El año de 1968 también trajo como consecuencia el favorable avance de las ciencias sociales y por ende el cambio de visión de sus dirigentes.
Para los años de 2000 al 2050 existen diversos vectores que pueden acarrear muchas posibilidades, uno de ellos es que la economía mundial capitalista retome su camino y siga funcionando de la manera en que le conviene a sus dirigentes, algo con lo que la unificación de Europa se vería beneficiada.
Otro vector posible es que Europa tome serias acciones contra el proteccionismo que podrían crear Japón y Estados Unidos, porque ese continente tiene una ventaja política importante con respecto a sus adversarios.
El tercer vector supone la proyección económica entre el Norte y el Sur. Una expansión mundial sobre todo en intra-Norte, podría acarrear un malestar en los países del Sur que tomarían acciones que traerían problemas difíciles para el Norte, al no poderlos erradicar de una manera fácil. Con esto llegaría una fuerte expresión y expansión del Tercer Mundo que no podrá ser callada después de 2020.
El cuarto vector presume una renovación en la revolución mundial del 68 tanto en los movimientos como en las ciencias sociales, sobre todo si los movimientos “viejos” y los “nuevos” llegan a acuerdos que beneficien a los dos, si logran este consenso será mucho más fácil librar las batallas próximas y las más duras; así podrían considerarse realmente “antisistémicos”. Las ciencias sociales deben tomar su papel en serio, porque si logran alcanzar una organización óptima, existirán más posibilidades plausibles para un verdadero cambio en el sistema económico.
En lo que se refiere a ese cambio, también habrá escenarios posibles como por ejemplo, que en la lucha por el manejo mundial sobrevenga una “guerra mundial” entre Europa y Japón, este último con posibles alianzas con China y Estados Unidos, guerra que podría llegar a efectuarse en 2050.
Otro escenario es que se haga un nuevo orden sin normas y se organice algo diferente a lo ya conocido, el problema es que actores sociales guíen esa nueva organización, ya que podría ser manipulada por los individuos que en la actualidad ostentan el poder, y como consecuencia armarían un nuevo modelo que sólo les beneficie a ellos mismos, dejando de lado a los que cuentan con menos posibilidades de desarrollo.
El tercer escenario probable sería que el derrumbe del sistema trajera una anarquía, un modelo de mera experimentación que podría agravar las cosas y llevara a un caos social peor al actual. Entonces, ¿qué es lo que se puede hacer?, no se cuenta con una respuesta concreta, pero lo que es definitivo, es que la lucha de los movimientos sociales-antisistémicos debe librarse por separado a la que llevan las ciencias sociales.
Como nada está escrito es difícil teorizar sobre lo que pueda pasar después del desmoronamiento del sistema capitalista, algo evidente es ya no es posible vivir dentro de ese sistema, su contante renovación se ha desgastado, lo que sigue es buscar una nueva organización de manera urgente que resuelva los problemas sembrados por el capitalismo y que otorgue una verdadera igualdad social, sólo porque la humanidad lo merece.
Bibliografía: Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Kairós. España. 2007. Pp. 171- 189.
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