jueves, 23 de abril de 2009

capitulo 13



Ortiz Barajas Karla Verónica
Ensayo sobre el Capítulo 13
¿A qué se alude cuando se habla de “cultura del sur”?

La cultura del sur no se refiere al sur geográfico de los países, sino a su posición económica en el esquema mundial. La referencia al sur son los países con atrasos tecnológicos, poco industrializados y con problemas sociales de magnitud mundial.
Así pues el término de “cultura del sur” se refiere a los países que no cuentan con una ideología de impacto internacional y que se rigen por un sistema político y económico de un país de Tercer mundo.
La cultura de estos países tiende a ser tradicionalista lo que se refiere a sus resistencia al cambio. Tienen una visión conservadora que mantiene las estructuras que gobiernan y se encargan del desarrollo del país estáticas, sin evolución lo cual provoca un atraso a nivel mundial.
Los países con culturas del sur tiende a ser también países que no generan ideas, ósea que copian los modelos y adelantos de otros países, los asumen y no generan uno interno que pueda ser importado y competir con estos, así que también se van perdiendo el prestigio de la nación a nivel internacional y de forma nacional también se convierte en un segundo término, siendo rechazada en ocasiones por su mismo pueblo quienes adoptan las costumbres ajenas.
De este modo el país que produzca cultura, adelantos tecnológicos, innovación en la moda, música, arte, literatura, etc. Será un país con mayor fuerza internacional pues de un modo sutil sin necesidad de usar represión podrá ingresar a los países que adoptan sus costumbres y hacerlos adoptar sus ideologías no hará falta una invasión.
Además para que la cultura de un país prolifere debe de haber un espacio geográfico tranquilo, el país debe dedicarse en su mayoría a actividades económicas secundarias y terciarias, abastecer su territorio para no tener necesidad de importar ni productos ni ideas.
Las ciudadanos deben tener facilidades estatales para poder dedicarse a una actividad recreativa, contar con buena salud, buenos servicios educativos y tener cubiertas las necesidades básica con servicios de calidad.
Los ciudadanos también pueden ofrecer una mayor colaboración con las labores estatales y el buen funcionamiento de un país es cíclico. En los países del sur eso no sucede, por tanto los ciudadanos tampoco pueden otorgar una participación estatal mayor que la electoral.
Así pues las culturas del sur son culturas que pertenecen a los países con atrasos considerados de tercer mundo que no sólo consumen productos sino también ideologías de los países hegemónicos y que tienen baja participación ciudadana en los asuntos estatales.
Que de alguna maneja tienen una ventaja pues podrán analizar los errores cometidos por esas potencias para no repetirlos en su proceso de desarrollo y el cual alcanzaran mientras más se involucre el Estado en la mejora de sus instituciones, servicios y en cubrir con las necesidades básicas de sus ciudadanos con productos y trabajo nacional.
De este modo la economía interna se activaría y la necesidad de importar sería menor dejando así la oportunidad de mejorar los productos y de exportarlos en un futuro. Así pues con un mayor campo en el mercado también habría oportunidad de innovar y dejar de asumir como propias idas externas.
Wallerstein, Immanuel. Traducción de Vázquez Nacarino, Eugenia, “Geopolítica y Geocultura, ensayos sobre el moderno sistema mundial” Editorial Kairos, Barcelona, Febrero del 2007, 336 pp.

capitulo 12


Ortiz Bajaras Karla Verónica
Ensayo del capítulo 12 Lo Nacional y lo Universal,
¿Puede existir algo semejante a una cultura mundial?

Para generalizar la cultura como una afirmación mundial, se debe también analizar la historia de las naciones mundiales, y por tanto comprender los opuestos de las sociedades para poder descartar o aprobar la posibilidad de establecer una cultura mundial.
No se puede afirmar la existencia de una cultura mundial pues la sociedad mundial se caracteriza por sus diferencias culturales por ser vasta y rica en diversidades incluso dentro del mismo territorio nacional.
No sólo existen las diferencias de culturas entre naciones o etnias también existen las divisiones de la cultura por estrato social en cada grupo. Lo que hace claro que una cultura mundial es una afirmación muy severa sobre un evento imposible.
Lo que existen son los universalismos, que buscan homogenizar ciertas concepciones del mundo pero junto con los universalismos existen los movimientos antisistémicos que se oponen a esa concepción de la realidad.
Es cierto también que no sólo se universalizan conceptos sobre moda o estereotipos de belleza también algunas organizaciones supranacionales como es la ONU, buscan establecer en el mundo códigos de valores y actitudes morales internacionales, como el respeto, la tolerancia, la paz, pero también es cierto que cada nación aplica en su escala cultura dicho valor.
Por ejemplo existen países más tolerantes que otros y a ciertas cosas, como los países que otorgan los mismos salarios a hombres como mujeres pero nacionales, no aplica de la misma forma para los extranjeros.
También existen derechos internacionales, como los derechos humanos que son avalados en cualquier país y puede exigirse su cumplimiento, cuando la realidad es que en los países del tercer mundo principalmente esos derechos no son respetados por los Estados, o en los países hegemónicos que abusan no sólo de los recursos de un Estado periférico también des su ciudadanos, que explotan en largas jornadas de trabajo.
Al crecer la redes de comunicación y al afianzarse más países a los organismos supranacionales y a las decisiones internacionales se ha tenido que propagar un mismo código de valores y reglas para poder llegar a acuerdos, lo que no quiere decir que todos apliquen de la misma forma los universalismos.
Además de las características regionales que comparten los pises colindantes, de los cuales muchos en tiempos pasados no tenían esa división política y formaban parte de una misma nación que se separo o anexó una parte del otro país a sus territorios.
Por tanto existen características regionales que comparten los países colindantes así pues todas las culturas cercanas tienen un origen común de una cultura primitiva.
Wallerstein, Immanuel. Traducción de Vázquez Nacarino, Eugenia, “Geopolítica y Geocultura, ensayos sobre el moderno sistema mundial” Editorial Kairos, Barcelona, Febrero del 2007, 336 pp.

capitulo 12


Ortiz Bajaras Karla Verónica
Ensayo del capítulo 12 Lo Nacional y lo Universal,
¿Puede existir algo semejante a una cultura mundial?

Para generalizar la cultura como una afirmación mundial, se debe también analizar la historia de las naciones mundiales, y por tanto comprender los opuestos de las sociedades para poder descartar o aprobar la posibilidad de establecer una cultura mundial.
No se puede afirmar la existencia de una cultura mundial pues la sociedad mundial se caracteriza por sus diferencias culturales por ser vasta y rica en diversidades incluso dentro del mismo territorio nacional.
No sólo existen las diferencias de culturas entre naciones o etnias también existen las divisiones de la cultura por estrato social en cada grupo. Lo que hace claro que una cultura mundial es una afirmación muy severa sobre un evento imposible.
Lo que existen son los universalismos, que buscan homogenizar ciertas concepciones del mundo pero junto con los universalismos existen los movimientos antisistémicos que se oponen a esa concepción de la realidad.
Es cierto también que no sólo se universalizan conceptos sobre moda o estereotipos de belleza también algunas organizaciones supranacionales como es la ONU, buscan establecer en el mundo códigos de valores y actitudes morales internacionales, como el respeto, la tolerancia, la paz, pero también es cierto que cada nación aplica en su escala cultura dicho valor.
Por ejemplo existen países más tolerantes que otros y a ciertas cosas, como los países que otorgan los mismos salarios a hombres como mujeres pero nacionales, no aplica de la misma forma para los extranjeros.
También existen derechos internacionales, como los derechos humanos que son avalados en cualquier país y puede exigirse su cumplimiento, cuando la realidad es que en los países del tercer mundo principalmente esos derechos no son respetados por los Estados, o en los países hegemónicos que abusan no sólo de los recursos de un Estado periférico también des su ciudadanos, que explotan en largas jornadas de trabajo.
Al crecer la redes de comunicación y al afianzarse más países a los organismos supranacionales y a las decisiones internacionales se ha tenido que propagar un mismo código de valores y reglas para poder llegar a acuerdos, lo que no quiere decir que todos apliquen de la misma forma los universalismos.
Además de las características regionales que comparten los pises colindantes, de los cuales muchos en tiempos pasados no tenían esa división política y formaban parte de una misma nación que se separo o anexó una parte del otro país a sus territorios.
Por tanto existen características regionales que comparten los países colindantes así pues todas las culturas cercanas tienen un origen común de una cultura primitiva
.
Wallerstein, Immanuel. Traducción de Vázquez Nacarino, Eugenia, “Geopolítica y Geocultura, ensayos sobre el moderno sistema mundial” Editorial Kairos, Barcelona, Febrero del 2007, 336 pp.

capitulo 11


Ortiz Barajas Karla Verónica
Ensayo del Capítulo 11
La cultura como el terreno de batalla ideológica
del sistema mundial moderno

Los movimientos antisistémicos, resultado de la cultura mundial



El terminó cultura es un sustantivo derivado del verbo cultivar que se refiere al cultivo de la mente, el cultivo de la mente no se refiere a la memorización de datos sino puede interpretarse como la comprensión del entorno inmediato, del medio ambiente, el cual es aceptado y por tanto mantenido tal cual o es rechazado y modificado.
El término cultura genera un vasto campo de significados según el sector que lo interprete, por tanto se han aceptado sólo dos acepciones de este sustantivo: en primer lugar que la cultura se define como un conjunto de características que identifican a un grupo, lo cual no se refiere a que estas sean características cualquiera, el grupo debe aceptarlas y entenderlas.
Por tanto la cultura es el conjunto de fenómenos diferentes y superiores a otro conjunto de fenómenos dentro de cualquier grupo. Así pues la cultura en su sentido más amplio se entiende como las diferencias que distinguen a un grupo y lo diferencian de los otros.
Lo cual deriva en que todos los grupos poseen una cultura determinada, que es cierto si esos grupos están consientes de su existencia y de los significados de sus costumbres y tradiciones, los integrantes del grupo deben compartir códigos de valores y también con una organización social, de gobierno y roles de sus habitantes.
Esto también puede provocar desigualdades sociales, como en el sistema capitalista el cual, en el cual los grupos son divididos en capacidades que consisten o son equivalentes a la cantidad de trabajo que hiciste.
Así pues el trabajo aumenta si se quiere mejorar la calidad de vida y por tanto el grupo suma horas laborales a su ritmo normal de vida. También los empresarios aumentan la cantidad de los productos que generan y los clientes consumen por tanto más producto del que necesitan.
La sociedad va deformando las ideologías iníciales y genera derivados como el racismo o el universalismo. Las características que deben cumplir el grupo de trabajadores es homogénea y de la fuera o con menor oportunidades a personas con capacidades diferentes, mujeres, negros y últimamente orientales, que son excluidos del trabajo o obtienen mejor ingreso por la misma labor que el que cumple con el prototipo establecido.
Las desigualdades también generan grupos de presión que intentan integrara a la sociedad a esos estratos de población que queda fuera de sus características universales, que al oponerse a las reglas impuestas también generan el principio de los cambios reales del sistema.
Los movimientos antisistémicos que buscan la reorganización social y tiene como objetivo, la igualdad social son impulsados por el desequilibrio que es generado por la imposición de cánones que se deben cumplir a nivel internacional para poder ocupar un lugar en la sociedad.
Bibliografía
Wallerstein, Immanuel. Geopolítica y Geocultura. En sayos sobre el moderno sistema mundial. Barcelona, Editorial Kairos, 2007. 336 pp.

capitulo 10


Ortiz Barajas Karla Verónica
Capitulo 10
Identidades Nacionales y Mundiales
Y el Sistema Interestatal

El capitalismo se ha expandido por el mundo como sistema económico, político e ideológico. A lo cual han surgido movimientos de oposición que se denominan antisistémicos que pese hacer una forma de manifestarse contra no representa una barrera que detenga los intereses capitalistas. Por tanto el capitalismo a impulsado la formación de dos grandes corrientes políticas y culturales de la economía mundial que son una forma de expresar las restricciones estructurales impuestas.
Un rasgo característico del capitalismo que tuvo sus inicios en Europa en el siglo XVI, es que busca siempre la conservación del Estado, que se hizo patenté en un documento oficial firmado entre naciones desde el 15 de mayo de 1648, cuando se firmaron los llamados Tratados de Westfalia en los cuales se firmaba la paz de Osnabrück y Münster tras la guerra de los treinta años.
Actualmente los Estados modernos han basado su buen funcionamiento a través de la mano de obra, otra característica es que los Estados pueden dividirse en los que tiene actividades centrales y que se han vuelto más fuertes con el paso del tiempo y los que tienen una actividad periférica que cada vez son más débiles y en ocasiones algunos son absorbidos por los Estados centrales.
El capitalismo también a manejado tendencias sobre el nacionalismo y el internacionalismo que se refiere a la importancia de la permanencia del Estado de la buena estructura y función de este porque será del que dependa la supervivencia del pueblo y la calidad de vida que estos tengan. Esta ideología se propaga por Europa a finales del siglo XIX, donde el nacionalismo sustituye al estadismo.
Entre los años de 1789-1815 el régimen absolutista que concentraba el poder en una sola persona comienza a desquebrajarse por la idea en que el poder debe residir en el pueblo; lo que le da auge al nacionalismo como una forma de protesta contra el imperialismo que a su vez presenta un carácter internacionalista por tanto pretende ser una ideología universal.
El siglo XIX fue un siglo de cambios ideológicos pues también comenzó a parecer pertinente que la gente tuviera mayor conocimiento pues esto ha representado un progreso en la historia; un pueblo culto es un pueblo que requiere de mayor espacio vital, además de que se crea una conciencia social pues se vuelve general y visible la realidad de su entorno.
Sin embargo el nacionalismo crea una corriente extrema denominada racismo que se refiere al rechazo de cualquier otra raza por considerarla inferior, está ideología se propago por toda Europa y originó la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Tras la Primera Guerra Mundial el mundo decidió crear un organismo supranacional que ayudase a mantener la paz de las naciones se llamó La Sociedad de Naciones que antecedió a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Pese a esta organización surgió la Segunda Guerra Mundial, que hace claro la necesidad de crear una organización mucho más compleja y mejor estructurada. También rompe los regímenes imperialistas de Europa hasta ese momento.
Tras eso Estados Unidos alcanza su poder como país hegemónico mundial en el cual ahora cambia por el concepto de modernización bajo el cual busca explicar a las sociedades subdesarrolladas, pero esto no tiene una verdadera intensión de ayudar a comprender a estas sociedades y sus funciones sociales en realidad busca dejar al aire y en una posición confusa su lugar en el sistema mundial.

Conclusión
Con el desarrollo del capitalismo se llevó también un desarrollo del crecimiento inminente de los imperios, bajo el rubro de tener un estado amplio, fuerte y seguro. Principios que justifican la intervención en otros Estados con menor nivel de desarrollo pero con mejores espacios territorios ya sea por su posición estratégica o por su riqueza en recursos naturales.
También el capitalismo sujeto a la conservación del Estado a creado una nueva forma de colonialismo en el cual no es necesario tener invadido el territorio existe hora el endeudamiento de estos o la implantación de un gobierno capaz de manejar el Estado “fallido” y que vele por los intereses de los Estados periféricos.
Así pues la ideología sobre el nacionalismo que se extremó al grado de causas dos guerras mundiales, son justificaciones del capitalismo para poder continuar con un propósito imperialista de manera más discreta.

capitulo 9


Ortiz Barajas Karla Verónica
Ensayo del capítulo 9 La economía mundial capitalista
perspectiva a mediano plazo
El nuevo sistema Mundial
El actual sistema mundial, el capitalismo, está en una etapa de declive en la cual su supervivencia no es seguro por el contrario pende de un hilo que ha provocado incertidumbre mundial y que mantiene a todos pendientes de las decisiones que aclararan la interrogante que se cuestiona cuál será el nuevo sistema económico mundial.
Para esto presenta tres grandes periodos 1945-1988, 1988 aproximadamente 2000 y de 2000-2050.
1945-1988
Este periodo se ve influenciado por la Segunda Guerra Mundial que tuvo una gran explosión económica, pues Estados Unidos consiguió un fuerte ingreso capital por la intervención en la industria bélica.
Las complicaciones en el sistema capitalista se pueden comprender al hacer una división de dos fases: la Kondratieff clásico y la Kondratieff estándar. La primera se refiere a la exportación monopólica de ciertos productos que finaliza cuando otros productos competencia entran al mercado, esto crea un debilitamiento de los monopolios por tanto al ser las empresas de inversiones más fuertes su disminución en la productividad genera un estancamiento.
Y el segundo se refiere al alto nivel de desempleo que existe en la población mundial, que genera una competencia entre la población por la obtención de empleo y que por tanto provoca una concentración de capital en grupos muy específicos de la población que a su vez impide la movilidad social y genera un estancamiento económico.
Wallerstein, tiende más sobre la propuesta del Kondratieff clásico, porque estos son menos agresivos para la economía mundial y para la población en general, pues mantienen etapas más regulares dentro de lo irregular.
Estado Unidos que se volvió una potencia hegemónica después de 1945, para los 50´s era una potencia indiscutible e inapelable, tuvo un crecimiento tanto económico como cultural, se vio beneficiado en el ámbito político y social.
En base a esto no sólo propago por el mundo su sistema ideológico en referencia a lo cultural, también lo hizo con su modelo de desarrollo, la monopolización de los adelantos tecnológicos, de las ciencias y las artes además de la imposición de su idioma como el idioma internacional.
El acenso de Estado Unidos como potencia hegemónica afecto principalmente a los países de la periferia, pues fueron pesimamente los más excluidos de los beneficios del nuevo sistema capitalista y los más afectados con las nuevas disposiciones del capitalismo emergente.
Esto generó desequilibrios políticos que fundaron su propio declive, como la explosión de guerras en Vietnam y en Argelia. En general, hubo un despertar generalizado de movimientos anti sistémicos, incompatibles con la hegemonía norte americana.
Que surgió también como respuesta al estancamiento económico, que se agregaron a los resultados de la revolución de 1968, que hizo un cuestionamiento fuerte a la ideología del desarrollo, que trajo como consecuencia la transformación de las instituciones, de las ciencias sociales, la cultura las artes, las llevó a una terreno pluralista y multicéntrico, así como la utilización de otros idiomas par las relaciones exteriores.
1988-2000
Lo anterior trajo como consecuencia la posibilidad del crecimiento de otros países como las figuras en Asia de Japón y Europa Occidental, como nuevas potencias, quienes en un futuro se colocaran en el timonel del poder económico-político. Japón es un país que ha tenido un avance tecnológico impresionante razón por la cual estados unidos intenta crear una alianza y el futuro quedaría en las manos de estas dos naciones.
Europa Occidental y Japón en el periodo de 1967 a 1988, se han dedicado en una forma individualista a sus asuntos en el plano político para fortalecer a su vez su acometividad económica en el mercado mundial. Para el año 2000 ya se habrá formado la superioridad de estos dos centros geográficos y se habrán definido sus posturas en relación con Estados Unidos.
2000-2050
Estás son deducciones especulativas sobre lo que pasará en este periodo y Wallerstein presenta los cuatro posibles vectores que direccionaran el nuevo sistema mundial.
1.- Platea el monopolio tecnológico entre Japón- Estados Unidos, que Japón llegará a un nivel tecnológico inclusive mayor, y plantea la importancia de la tecnología en el mundo.
2.- Europa tendrá una ofensiva contra el proteccionismo, pues quien tome la delantera de la siguiente expansión se adueña de la tecnología.
3.- Se necesitaría incorporara al tercer mundo en la producción para reactivar la economía
4.- Las ciencias sociales y las corrientes filosóficas deben crear un sistema crítico que concluirá el problema de los movimientos sociales.


BIBLIOGRAFÍA:Immanuel Wallerstein, Geopolitica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007. Pág. 171-189

lunes, 20 de abril de 2009

CAPITULO 13: CULTURA DEL SUR

Nuche Varela Vania Lucero.
Geopolítica y Comunicación.
21 de abril de 2009.


“¿A QUÉ SE ALUDE CUANDO SE HABLA DE “CULTURA DEL SUR”?”


Regularmente, cuando se hace referencia al Sur en asuntos políticos, llega a nuestra mente casi como por arte de magia la idea de un territorio conformado por países económicamente inferiores a los llamados países industrializados.
En efecto, la categorización mundialmente establecida de las naciones con respecto a su papel en la economía mundial capitalista, establece al Sur como un territorio netamente distinguido del resto de la nación norteamericana y el cual manifiesta una considerable homogeneidad.
Aparece de nueva cuenta el término tan mencionado de “cultura” vista como la descripción de un conjunto de rasgos característicos de un grupo determinado, la cultura vista como tradición. Esto último, significa que los ciudadanos están fuertemente apegados a sus tradiciones, tienen sus creencias muy arraigadas y por ello se resisten al cambio.
Desde esa perspectiva, la cultura se entiende como el conjunto de instituciones, ideas y/o valores, calificado ancestral y por ende, potentemente resistente al cambio.
En medio de un sistema altamente competente y demandante de evolución como lo es la actual economía capitalista, el sur se encuentra frente a la encrucijada de elegir entre tradición y progreso. Mientras el Sur siga devoto a sus tradiciones y evite a toda costa la violación de éstas, seguirá sumergido en el renglón del subdesarrollo, puesto que no dará pie al proceso más importante y trascendental en el progreso de la economía mundial, me refiero a la industrialización.
Los países subdesarrollados del Sur se caracterizan principalmente, por no ser capaces de elaborar su propia tecnología; están supeditados a los países europeos y por supuesto a Estados Unidos, para el “avance” de su nación. Los habitantes del Sur se encuentran sometidos a diversas limitaciones estructurales y en consecuencia, seguían normas establecidas por la civilización capitalista.
Con el surgimiento de la división internacional del trabajo, los países del Sur se quedaron atrapados en el lugar de distribuidores de materias primas y consecuentemente, no pueden explotar al máximo el potencial de su territorio. En resumen, el Sur es “… una región subdesarrollada… con un sistema de valor agrario”.
[1]
No obstante, es prudente mencionar que el hecho de permanecer en una situación de desarrollo retrasado, otorga la posibilidad de “aprender” de los errores cometidos por otras naciones. En este sentido, el Sur puede construir una estrategia de progreso donde elimine u omita las caídas de los demás y logre progresar de la mejor manera, esto claro, sólo después de optar por industrializarse y dejar atrás la férrea resistencia a la transición.

BIBLIOGRAFÍA:
· WALLERSTEIN, Immanuel. Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial. Barcelona, Editorial Kairós, 2007. 336 PP.

[1] Ibídem, pág. 280.

CAPITULO 12


Nuche Varela Vania Lucero.
Geopolítica y Comunicación.
21 de marzo de 2009.


“LO NACIONAL Y LO UNIVERSAL:
¿PUEDE EXISTIR ALGO SEMEJANTE
A UNA CULTURA MUNDIAL?”


La idea de una cultura mundial implica la revisión de la creación histórica de las naciones particulares y de la humanidad universal, para poder comprender los motivos divergentes entre estos temas y así poder descubrir si puede haber oportunidades para establecer una cultura mundial.
No puede sin embargo, afirmarse o darse por un hecho la existencia o (al menos) la posibilidad de una cultura mundial, puesto que hay una multiculturalidad mundial: a lo largo del orbe podemos encontrar numerosas culturas, con sus tradiciones propias muy distintas unas de otras; así por ejemplo, la cultura francesa está frente a la italiana y la proletaria frente a la burguesa.
Por lo tanto, “no puede haber una justificación de los valores y/o prácticas culturales sino por referencia a ciertos criterios presuntamente universales o universalistas.”
[1]. Es pues, un tanto difícil afirmar que pueda existir una cultura mundial, porque si bien es cierto que los gobiernos nacionales y algunas instituciones mundiales –como las Naciones Unidas- han demandado una validez y obligatoriedad de diversos valores y realidades sociales, como los derechos humanos, el hecho es que desde la antigüedad han existido diversas culturas muy distintas entre sí, estableciendo un complejo entrelazado de valores y creencias que obstaculizan o incluso, imposibilitan el surgimiento de una cultura mundial.
Las discrepancias culturales tuvieron sus orígenes en gran medida, con el acaecimiento de las naciones-Estado, las cuales establecieron sus respectivas fronteras e inventaron sus propias tradiciones.
El mundo ha ido evolucionando paralelamente, hacia la denominada conciencia de la humanidad, contribuyendo a que las naciones- Estado vayan asemejándose más entre ellas por sus manifestaciones culturales. Esto se fundamenta en la instauración de estándares de comportamiento, principalmente en el ámbito político, donde casi todas las naciones empatan en su estructura política, es decir, cuentan con una asamblea legislativa, sindicatos, una constitución, en fin, coinciden en muchos aspectos.
Con lo anterior, se deduce que todas las culturas copiaron sus costumbres a una cultura previa, entonces se vislumbra que en el mundo sólo existe un grupo, “todos los grupos siempre han sido el mismo” lo que sucede es que va tomando diferentes matices de acuerdo al sitio en el que se encuentra el grupo en cuestión. Aparentemente, tienen una estructura diferente a las demás pero lo cierto es, siguen una secuencia determinada.
En conclusión, no hay culturas que se encuentren totalmente aisladas de las demás, siempre hay –y habrá- coincidencias entre ellas, pues la interacción da lugar a un proceso de intercambio de tradiciones y de este modo, las culturas asimilan -quizá no intencionalmente- e incluso emulan el comportamiento de su semejante.
Surge de esa forma, el meollo del presente análisis: la sociedad mundial está en constante devenir y en virtud de ello, las distintas culturas van adaptándose a las situaciones manifestadas, por tanto, se percibe “una tendencia lineal hacia un mundo único”
[2] en el cual, los grupos fusionados por tal tendencia, se dirigen paulatinamente, hacia un mundo exclusivo (gracias a la ciencia y la tecnología) con una sola política, una economía y una sola cultura.
BIBLIOGRAFÍA:
· WALLERSTEIN, Immanuel. Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial. Barcelona, Editorial Kairós, 2007. 336 PP.
[1] Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Pág. 256.
[2] Ibídem, pág. 258.

jueves, 16 de abril de 2009

CAPITULO 11

Nuche Varela Vania Lucero.
Geopolítica y Comunicación.
14 de abril de 2009.

“LA CULTURA COMO EL TERRENO DE BATALLA IDEOLÓGICA DEL SISTEMA MUNDIAL MODERNO.”

El término cultura puede despertar un conjunto basto de significaciones. En el sentido más amplio “la cultura es un medio de resumir cómo los grupos se distinguen de otros grupos”[1] esto es, la especificidad de características de un grupo, rasgos que le son propios y le permiten diferenciarse de los demás.
La definición de cultura ha traído varias complicaciones y un alto nivel de controversia, precisamente por su versatilidad de significados y lo que representa para cada sector del orbe. De ahí que su definición en particular haya resultado tan prolífica durante los siglos XIX y XX.
En consecuencia de ello, se ha optado por asignar dos acepciones a éste concepto: primeramente, la cultura se concibe como el conjunto de características distintivas de un grupo; por otra parte, es el conjunto de fenómenos diferentes y superiores a otro conjunto de fenómenos dentro de cualquier grupo.
Desde esa perspectiva, podría creerse que cada uno de los grupos existentes en el mundo poseen una cultura determinada, sin embargo, para eso habrán de tomarse en cuenta dos aspectos, en primer plano deben tener una conciencia de sí mismos, es decir, que sus integrantes compartan un sistema de valores y de comportamiento establecido; asimismo deben contar con una organización, ya sea bastante formalizada como las naciones-Estado, o bien, una bastante indirecta como los periódicos, revistas, entre otros.
Una de las principales problemáticas enfrentadas en el actual sistema capitalista mundial, es la forma de división del trabajo, puesto que ésta desencadena un gran estado de desigualdad. La economía capitalista mundial justifica esa desigualdad con el argumento del “mayor esfuerzo”, donde el que trabaja de mejor manera y resulta ser más eficaz, es quien merece una mayor retribución. No obstante, se encuentra en este planteamiento una enorme contradicción. La explicación está en el hecho mismo de la necesidad incesante por aumentar el capital y mantener la posesión del superávit, lo cual implica sobretodo una presión directa dirigida hacia los productores para hacer que éstos trabajen más y se les pague menos.
De esto, derivan las dos doctrinas ideológicas más predominantes del sistema capitalista: el universalismo y el racismo-sexismo. Con base en la postura de máxima productividad capitalista, el panorama a enfrentar ha sido un sistema altamente polarizado y en el que hay muchas situaciones de discriminación, principalmente para el sector femenino y los individuos de raza negra. Bajo la excusa de una supuesta inferioridad biológica o intelectual, se excluye a los negros o a las mujeres, afirmando por tal motivo que su salario no debe ser mayor al de los varones. En este punto, aparecen los llamados grupos “culturales”, una forma de movilización política contra la desigualdad reinante.
Otra cuestión a tratar es la introducción de los estados a la modernidad. Dado que el Occidente fue el primero en dirigirse hacia ella, cuando un estado habla de modernización se refiere a iniciar su andanza hacia la occidentalización. Esto es, adoptar lenguas, tecnologías y costumbres occidentales; en otras palabras adquirir la cultura de occidente.
El capitalismo tiene como base la teoría del progreso, mediante la cual todos los estados pueden desarrollarse. Pero es un hecho que la situación no es la misma para la totalidad de las naciones, de este modo, la desigualdad hace su reaparición pues las consecuencias de la actividad capitalista (me refiero a los monopolios y subsecuentes jerarquías entre las naciones, estableciendo una “división de clases” a nivel mundial: países desarrollados y los países subdesarrollados) han llevado a desequilibrar la balanza, favoreciendo a los más ricos y poderosos.
Con estos eventos, se dio una razón suficiente para el surgimiento de los movimientos antisistémicos; orientados a oponerse al sistema actual, han emergido apoyados por las ideologías de universalismo y racismo-sexismo para satisfacer sus propósitos intensamente ambivalentes. Estos movimientos:
“… han reivindicado haber creado una nueva cultura, destinada a ser una cultura (acepción I) del mundo del futuro, han tratado de sentar las bases teóricas de esta nueva cultura… creado instituciones… diseñadas para socializar a sus miembros y simpatizantes en esta nueva cultura…”[2]
Su objetivo ha sido cumplir el sueño liberal, o sea, creer en el triunfo del universalismo sobre el racismo y el sexismo, para conducir los intereses hacia una difusión de la ciencia en el ámbito económico y en el tema político, difundir la integración de aquellas zonas excluidas. Entonces, se buscaba un esparcimiento de la ciencia en todos los ámbitos y zonas del mundo. Y en cuanto a la “integración”, el objetivo era eliminar la exclusión impuesta a los desposeídos, a las minorías, a las mujeres, en fin, alcanzar un estado de igualdad.
En resumen, se puede decir que el motor de los movimientos antisistémicos ha sido la búsqueda de ciencia y de integración. No obstante, han manifestado dudas concernientes al provecho y prudencia de estos principios, desencadenando la presencia de conflictos entre los distintos movimientos –por ejemplo, los movimientos de mujeres ante los negros- y por ende, dando cabida a divisiones internas.
La consecuencia visible de la ambivalencia táctica dentro de los movimientos antisistemicos, los coloca en una posición de desventaja frente a las fuerzas partidarias de las desigualdades mundiales por la simple razón de que confieren a sus adversarios la autoridad cultural.

BIBLIOGRAFÍA:
· WALLERSTEIN, Immanuel. Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial. Barcelona, Editorial Kairós, 2007. 336 PP.
[1] Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial. Pág. 219.
[2] Ibídem, pág. 249.

lunes, 13 de abril de 2009

IDENTIDADES NACIONALES Y MUNDIALES, Y EL SISTEMA INTERESTATAL

Escrito por Irvin Lechuga Otamendi

En imperios previos a la modernidad tenían la propiedad de hacer una “producción de subsistencia” por medio de estructuras políticas redistributivas que abarcan el sustento de un porcentaje elevado de la población, todos estos modelos de sistemas mundiales económicos, tenían el propósito de convertirse en Estados-Nación.

El país que es considerado como potencia en el sistema capitalista actual, no tiene la capacidad de englobar todos los movimientos que se llevan a cabo en sus fronteras, es decir, que ningún país poderoso puede apropiarse de otro de menos poder en su totalidad o tener control de todo; si se intentará se tendrían conflictos de estrategia.

A continuación, cabe destacar el concepto de Sistema Interestatal, el cual está definido como una superestructura política de la economía mundial; lo que anteriormente se podría llamar como una limitación de este tipo.

Los Estados que tengan centralizada su actividad económica serán mucho más poderosos que los países dedicados a la periferia (todos deben ser clasificados de acuerdo a su participación en el mercado mundial).

El equilibrio de poder, el cual se define como una competencia entre Estados centralizados que tiene el objetivo de evitar que algún país ajeno consuma lo que otro produzca y por consecuente provoque la desaparición del mismo.

Para el autor, el nacionalismo e internacionalismo dependen cada uno de acuerdo de la cantidad de bienes acumulados en la producción capitalista.

La primera etapa de periodización de los sistemas interestatales es de 1450 a 1815, llamada como Estadismo, esto es el tiempo en que se forman la mayoría de los Estados en Europa Occidental.

Mucho después, en el siglo XX, vino la segunda etapa que se trato de reemplazar el Estadismo por el Nacionalismo, lo que se logró satisfactoriamente y se empezó a extender por Europa y en América; y por último la tercera fase, es el aumento de la relación un poco negativa entre los movimientos nacionalistas y la lucha de clases.

En el siglo XIX, las ciencias sociales surgen, por lo que surge el sistema interestatal más significativo de la época entre Francia, Austria, Prusia e Inglaterra; se forma la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores), colonizaciones de Asia y África, etc. Pero fueron la Segunda y Primera Guerra Mundial las que marcaron el fin a los acuerdos interestatales, que pronto se volvería a imponer después de éstas.

Las instituciones de Estados Unidos han ido “evolucionando”, ya que a lo largo de la historia, las necesidades cambian y las demandas se aceleran. Con esto las capacidades de adquisición van aumentando y las compras se aceleran. Todo esto lleva a una problemática en cuanto a la distribución de la riqueza que tiene un país y la forma de gobernar. Al principio se tenía en mente la problemática de Estados Unidos ante el mundo, ya ahora se puede apreciar con claridad, ya que para los países en desarrollo, la globalización y la sociedad capitalista, la cual está llena de consumismo de toda especie, ejerce una enorme influencia en la forma de desarrollar el “trabajo” de todos esos países.

Wallerstein, Immanuel. Geopolítica y Geocultura: Ensayos sobre el moderno sistema mundial. Editorial Kairos. Primera edición. España, 2007. P.p. 336

domingo, 12 de abril de 2009


López Rodríguez Yuliana Ivette
Geopolítica y Comunicación
30 de marzo de 2009
CAPÍTULO 10

IDENTIDADES NACINALES Y MUNDIALES Y EL SISTEMA INTERESTATAL

Immanuel Wallerstein, comienza el capítulo afirmando que hay una tensión de los movimientos antisitémicos, es decir, la tirantez es entre nacionalismo e internacionalismo, y ésto es una característico del desarrollo capitalista, además de que tiene su origen en la “antimonía que nace de la existencia de múltiples estados dentro de los limites de una única división social del trabajo, la economía mundial.”
[1]

Una característica fundamental del sistema mundial contemporáneo, cuyos orígenes vienen desde el Siglo XVI en Europa, ha radicado en la predisposición hacia la metamorfosis del estado en su aspecto político básicamente.

El capital y su reserva ha evolucionado sobre la plataforma de la división del trabajo, por otra parte los movimientos políticos en el régimen se han descaminado hacia el nación-Estado.

Los estados dominicales de la esfera económica se han visto afectados por los tabúes que su propia objetividad imputaba en un gobierno internacional. Una derivación ha sido que ningún estado, ha gozado de liberación pública, para transformar a su monomanía las relaciones dentro de sus límites, las pujanzas antisistémica fecundadas por la maniobra del sumario de acopio general en un experimento por propagas de su realidad, han deseado partir del estado y abarcar el nivel global.

Cabe mencionar que los gobiernos toman diferentes características en base a su desplazamiento de arbitraje en el mercado.

Así el “equilibrio de poder” manifiesta las conciernas entre Estados céntricos en desafío, así figuran contiguos de arqueos que están al tanto del precepto que ningún estado de importancia carga sobre los demás.
Sin embargo, tanto “el nacionalismo como el internacionalismo han sido frutos de las tendencias históricas del desarrollo capitalista”
[2] y éstos han aprovechado para proponer apoyo a los ecuánimes de quienes exteriorizan el poder en este régimen.

Por otra parte, el sentido de paralelismo que han proseguido éstas corrientes filosóficas no han sido un requerimiento previo ineludible, sino en consecuencia de las prenses sensatas, por parte de las potencias políticas que ocupan perspectivas compendias y azotan ecuánimes concretos dentro del desarrollo, del sistema internacional.

Por ello todos los estados son universos del mundo flamante, aun cuando algunos alcanzaran reclamar afinadamente el vínculo formativo con formas políticas premodernas, por ello el procedimiento interestatal es la superestructura política de la riqueza mundial capitalista, y compone un proyecto deliberado del mundo innovador.

La propagación de la percepción “nación-Estado” ha tenido la consecuencia de agrupar las disputas ideológicas y habilidades creadas por el perfeccionamiento capitalista del Estado, que se ha transformado en el principal objeto de interés y disputa.

Una de las pretensiones recalcadas ha sido el fortalecimiento de la ostentación del Estado. Y las reivindicaciones del universalismo ha girado en torno a la derogación del Estado.

Para contextualizar es recomendable recordar que Lennin sostenía lo siguiente:

El nacionalismo burgués y el internacionalismo proletario éstos son los dos lemas hostiles e irreconciliables que corresponden a los dos grandes bandos de clase del mundo capitalista, y expresan pospolíticas (más aún, dos concepciones del mundo) a propósito de la cuestión nacional.
[3]

El ecuánime dentro del socialismo no reside solamente en poner una segmentación de la compasión en las insignificancias del estado y de las potencias en modo alguno, no reside solamente en avecinar a los países, sino en componerlas.

Dando un panorama del nacionalismo surgió en primicia como contestación al imperialismo generalizado de la potencia revolucionaria en Francia, y luego como respuesta a la reacción ordenada personificada por los convenios que el Congreso de Viena lanzamiento a la Europa postnapoleómica.

El nacionalismo no fue, por separado, la forma de la franquicia de movilización social, porque durante el siglo XIX igualmente asistió a la incidencia de un pensamiento “internacionalista” de clase obrera.

Cabe recordar que los llamados colonialismos de la primera época eran en de índole expresiva en la población en área con un paralelismo de localidad baja en las que la localidad indígena fue mayoritariamente excluida.

Las formas políticas de las extensiones coloniales del siglo XIX adoptaron un cariz bastante distinto, pues consistía más en la extensión simple, directa y conectiva del Estado europea que limitaba a imponerse en los territorios “extranjeros”.

En el reino de las ideas y la ideología, el internacionalismo de las fuerzas caminantes adoptó la faceta del positivismo, cuyo, “culto a los hechos” presuponía no solo una visión muy segmentada de la realidad social sino también una enorme confianza en que las leyes universales del comportamiento o social eran cognoscibles, y que conocerlas era el objeto principal de la investigación social.

Las innovaciones del sistema interestatal admitieron sólo una envoltura de un agregado más amplio de evoluciones históricas que se provocaron en la economía mundial capitalista.

El rubro de las ventajas históricas de este período afilió sentidos contrarios. Por un lado involucraba el intento de transformar un aparato político supranacional que se tradujera en una limitación de las autoridades del Estado, por el otro, la crecimiento de las reclamaciones nacionalistas y del principio de autonomía nacional.

La apertura de la guerra entre las grandes fuerzas en 1939 conjeturó el último de una serie de frustraciones por parte de la Sociedad de Naciones y marcó su dispersión definitiva.

La jerarquía se ha sostenido, en situación distinta. Los dispositivos coloniales juiciosos se suplantaron por otros de carácter voluble, lo que a su vez conjeturó el espectro de nuevos contornos y caracteres de disputa.

“El patrón histórico del desarrollo capitalista ha resultado en la difusión de la nación-Estado como unidad característica de organización política dentro de la economía mundial capitalista, así como la ampliación geográfica progresiva y la elaboración institucional de su sistema interestatal que opera para limitar la libertad de acción de los estados que lo constituyen”.
[4]

Hasta que punto se mantiene en modelos de comparación suplementarios y semejantes que operan en términos de la división del trabajo y su correlato político: el sistema interestatal.

Se puede concluir que desde un punto de vista histórico se desengancharía que el nacionalismo como pensamiento, y el significado general en los requerimientos locales y formativos se han nutrido particularmente de las continuas concentraciones de altercados que han poseído lugares en las áreas adyacentes de la economía internacional. Asimismo, las pretensiones dentro de las corporaciones han sido más agudas entre las burocracias dominantes de los Estados centrales.











BIBLIOGRAFÍA:


Immanuel Wallerstein, Geopolitica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007. Pág. 193-217.

[1] Immanuel Wallerstein, Geopolitica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007. Pág.194
[2] Immanuel Wallerstein, Geopolitica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007. Pág.196
[3] Immanuel Wallerstein, Geopolitica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007. Pág.197
[4] Immanuel Wallerstein, Geopolitica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007. Pág. 212-213

domingo, 5 de abril de 2009

Identidades nacionales y mundiales y el sistema interestatal


Diego Armando Tripp Arcos!!!!


Los Estados modernos han hecho que el mercado mundial capitalista funcione por medio de la dominación de mano de obra; tienen sus limitantes por causa del sistema interestatal, sin embargo las “fuerzas antisistémicas” han intentado ir más lejos, incluso a lo global.
Los Estados que tienen actividades centrales se han hecho cada vez más poderosos, mientras los Estados con actividades periféricas se han hacho más débiles, por lo que se ha buscado un equilibrio en el poder para que ninguno de ellos tenga una supremacía mayor a los otros.
Algunas de las tendencias que han sido capitalistas por excelencia son el nacionalismo y el internacionalismo. Los “pueblos” actuales no han existido siempre, sino que se han creado, como la fundación del Estado que sólo sirvió para que un pueblo prevaleciera sobre otros.
Un periodo primordial en el desarrollo del sistema interestatal, es el que va desde 1450 hasta 1815 donde se crearon varios Estados en toda Europa occidental, pues se sustituye lo feudal para crear territorios con una administración centralizada.
En el siglo XIX el estadismo empieza a ser sustituido por el nacionalismo y al mismo tiempo se da la lucha de clases de una forma mucho más organizada, sobre todo en los años subsiguientes a 1914-1917.
A pesar de todo el capitalismo trajo tendencias diferentes e innovadoras, como los principios de las ciencias sociales ya que empiezan a aparecer obras que expresan su preocupación por llegar a una universalidad.
Entre los años de 1789-1815 el régimen absolutista, que suponía el poder en una sola persona, empieza a cambiar pues surge la idea de que el poder debe residir en el pueblo; es por eso que el nacionalismo emerge como una refutación para el imperialismo que pretende ser universal, a la vez se presenta el carácter internacionalista.
También en el siglo XIX, se presenta una forma colonial de gobierno que intenta ir en contra del “imperialismo de libre comercio”; por otro lado se comienza a hacer un intento de generalización de la realidad social, porque se supone que adquirir conocimientos en lo social, es progresar en la historia.
Algo relevante es que el racismo tomó una fuerza importante, incluso se insertó en las cuestiones académicas. Gracias al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 se vienen abajo todos los posibles acuerdos en cuestiones políticas que ayudarían al progreso del mundo.
La Sociedad de Naciones surge como un ensayo para hacer del panorama mundial una cuestión mucho más compleja y completa; en tanto que el asunto de los movimientos nacionalistas llega como un intento por cambiar las bases del sistema interestatal. Por otro lado, la Segunda Guerra Mundial llega para darle un golpe fuerte a las naciones con un régimen imperialista en Europa.
En tanto, los movimientos basados en la liberación nacional llegan para darle un contrapunto a los sistemas que se fundamentan en el colonialismo, que podría parecer que ya habían sido erradicados desde hace mucho tiempo, pues supuestamente habían sido suplantados por otras formas de perfil informal, pero que trajeron nuevas maneras de organización para la lucha social.
Las academias de Estados Unidos de manera muy cómoda, deciden implantar el concepto de modernización para intentar y explicar los procesos que sigue la sociedad en los países periféricos, con una economía subdesarrollada, haciendo que su lugar en el mundo se torne por de más subjetivo y sin una verdadera intención por explicar lo que sucede en las relaciones sociales, pues no hacen ni el intento de observar lo que acontece desde una perspectiva diferente.
En cambio, se intentó explicar la realidad social desde una orientación de nación-Estado, pero cayó en el error de siempre tratar de aplicar enunciados universales, los cuales inevitablemente encontrarán una falla a la hora de su aplicación en el mundo palpable.
Como los enfoques de la ciencia social estadounidense se quedan muy cortos, nace un nuevo enfoque para explicar la modernalización y el desarrollo de los países, pero con una visión del “Tercer Mundo”, que otorga una mayor perspectiva para explicar los procesos sociales, ya que no es posible que se implementen como “verdades” sólo desde un enfoque que de entrada de lo más satisfactorio y subjetivo.
Como el desarrollo del capitalismo se impuso por el crecimiento inminente de los imperios, se intenta explicar la emergente organización política desde el punto de vista de la nación-Estado, una idea que en apariencia puede ser viable, porque aparece en un contexto que tiene la necesidad de contar con una nueva interpretación del mundo.
Por desgracia, las condiciones histórico-sociales se dieron para que el capitalismo creciera cada vez más y llegará a límites inimaginables y “salvajes”, pero como nada está escrito, puede que el día de mañana las nuevas circunstancias y los nuevos contextos lleven al mundo a nueva organización política-económica-social que beneficie a toda la población que por años ha sufrido los embates de un sistema por demás transgresor y limitante.

Bibliografía: Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Kairós. España. 2007. Pp. 193-217.


La economía mundial capitalista: perspectivas a medio plazo



Diego Armando Tripp Arcos!!!


La economía mundial capitalista se encuentra (como todos los sistemas económicos en algún momento) en serias dificultades que podría ser cada vez peores, tal vez en una década tome medidas para ser rescatada y se recuperará, volverá a funcionar de forma normal, pero en un siglo aproximadamente es inminente su desaparición.
A partir de el término de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el capitalismo tuvo un enorme esparcimiento a nivel global, para después sufrir un estancamiento entre 1967 y 1973 que trajo como consecuencia un alto índice de desempleo, que afectó a los trabajadores asalariados y por ende a muchos sectores con menos oportunidades de desarrollo, hipotéticamente, este estancamiento pudo haberse extendido hasta el año 2000.
De 1945 a 1967 la hegemonía estadounidense se presentó en su máximo esplendor, mientras el Tercer Mundo emergió por su organización política; sin embrago las guerras en Vietnam y Argelia provocaron algunos desequilibrios políticos. Se habla se un cambio de realidad geopolítica cuando la revolución mundial del 68 cambia la hegemonía de Estados Unidos (que también contaba con una fuerte influencia cultural), y al mismo tiempo la realidad de los movimientos antisistémicos tradicionales.
Para explicar la situación de 1988 al año 2000 se puede hacer una proyección meramente hipotética para dar cuenta de las nuevas opciones ante el fin de la economía estadounidense; una es Japón y la otra Europa occidental que serían Francia y Alemania , aunque en realidad se creó la Unión Europea que llegó para que los países del viejo continente contaran con una base económica sólida para enfrentarse a las exigencias mundiales: como supone una mejoría, no puede incluirse cualquier país.
Puede que Japón y Europa mejoren sus posiciones con respecto a Estados Unidos para la cual es necesario no dejar de lado diversos factores que resultan relevantes para esta cuestión, porque los movimientos sociales todavía no se han recuperado de los revoluciones del 68, ya que este hecho trajo nuevos movimientos en todo el mundo que pretendían una transformación social total y radical
Algunos de los intentos se hicieron en parte realidad cuando el poder del Estado fue ganado por los socialdemócratas, los comunistas y los movimientos de liberación nacional en varias entidades del mundo, aunque poco tiempo después también se vieran corrompidos al ser neutralizados por los conservadores. El año de 1968 también trajo como consecuencia el favorable avance de las ciencias sociales y por ende el cambio de visión de sus dirigentes.
Para los años de 2000 al 2050 existen diversos vectores que pueden acarrear muchas posibilidades, uno de ellos es que la economía mundial capitalista retome su camino y siga funcionando de la manera en que le conviene a sus dirigentes, algo con lo que la unificación de Europa se vería beneficiada.
Otro vector posible es que Europa tome serias acciones contra el proteccionismo que podrían crear Japón y Estados Unidos, porque ese continente tiene una ventaja política importante con respecto a sus adversarios.
El tercer vector supone la proyección económica entre el Norte y el Sur. Una expansión mundial sobre todo en intra-Norte, podría acarrear un malestar en los países del Sur que tomarían acciones que traerían problemas difíciles para el Norte, al no poderlos erradicar de una manera fácil. Con esto llegaría una fuerte expresión y expansión del Tercer Mundo que no podrá ser callada después de 2020.
El cuarto vector presume una renovación en la revolución mundial del 68 tanto en los movimientos como en las ciencias sociales, sobre todo si los movimientos “viejos” y los “nuevos” llegan a acuerdos que beneficien a los dos, si logran este consenso será mucho más fácil librar las batallas próximas y las más duras; así podrían considerarse realmente “antisistémicos”. Las ciencias sociales deben tomar su papel en serio, porque si logran alcanzar una organización óptima, existirán más posibilidades plausibles para un verdadero cambio en el sistema económico.
En lo que se refiere a ese cambio, también habrá escenarios posibles como por ejemplo, que en la lucha por el manejo mundial sobrevenga una “guerra mundial” entre Europa y Japón, este último con posibles alianzas con China y Estados Unidos, guerra que podría llegar a efectuarse en 2050.
Otro escenario es que se haga un nuevo orden sin normas y se organice algo diferente a lo ya conocido, el problema es que actores sociales guíen esa nueva organización, ya que podría ser manipulada por los individuos que en la actualidad ostentan el poder, y como consecuencia armarían un nuevo modelo que sólo les beneficie a ellos mismos, dejando de lado a los que cuentan con menos posibilidades de desarrollo.
El tercer escenario probable sería que el derrumbe del sistema trajera una anarquía, un modelo de mera experimentación que podría agravar las cosas y llevara a un caos social peor al actual. Entonces, ¿qué es lo que se puede hacer?, no se cuenta con una respuesta concreta, pero lo que es definitivo, es que la lucha de los movimientos sociales-antisistémicos debe librarse por separado a la que llevan las ciencias sociales.
Como nada está escrito es difícil teorizar sobre lo que pueda pasar después del desmoronamiento del sistema capitalista, algo evidente es ya no es posible vivir dentro de ese sistema, su contante renovación se ha desgastado, lo que sigue es buscar una nueva organización de manera urgente que resuelva los problemas sembrados por el capitalismo y que otorgue una verdadera igualdad social, sólo porque la humanidad lo merece.
Bibliografía: Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Kairós. España. 2007. Pp. 171- 189.

Tipología de crisis del sistema mundial


Diego Armando Tripp Arcos!!!


En el mundo existe una sola crisis, la decadencia del sistema histórico actual, que es el capitalismo, y que es necesario cambiar o construir uno nuevo.
La economía capitalista mundial tiene una estructura política que es la ley de estados “soberanos”. Bajo la “ley del valor” se exigen presiones culturales como el “racismo” y el “sexismo”. Este sistema histórico es el primero en su tipo que ha sobrevivido por tanto tiempo ya que las economías previas no lograron perdurar por la organización de imperios mundiales, y también por sus circunstancias históricas.
El capitalismo surgió en el siglo XVI en Europa, se expandió y para finales del siglo XIX se logró incorporar a todos los rincones del mundo con su premisa de la división social del trabajo. Una consecuencia de su crisis es precisamente que se implantó en todo el globo.
Entre sus contradicciones se encuentra la doble acumulación del capital, por lo que el capitalista compite de forma constante con otros capitalistas, el comportamiento reductor y elevador de costes, y que está presente una pugna con los trabajadores, que son los adversarios por naturaleza.
La desaparición del capitalismo es inevitable, porque el capitalista primero es salvaje, luego se ve obligado a ser “cooperativo”, y a largo plazo se va debilitando paulatinamente.
Por lo mismo de que el capitalista entra en un periodo cíclico se llega a una crisis, que debe verse como un periodo de transición, que los movimientos antisistémicos aprovechan para su beneficio y que los conservadores intentarán neutralizar a través de acuerdos.
El fin del sistema histórico llegará en algún momento, pero lo que vendrá posteriormente queda a la deriva, puede haber una regresión o un progreso, lo cierto es que el cambio tiene que ser mundial, porque el sistema es completo. Puede que surja un nuevo orden de tipo socialista, pero los movimientos antisistémicos tienen que organizarse en una unificación.
Para cambiar el sistema se planteó que primero había que adquirir el poder del Estado, lo que acarreó otro tipo de conflictos como la desconfianza en que el poder quedara en manos del pueblo o por los anarquistas, porque aún no se contaba ni se cuenta con una estrategia definida para adquirir dicho poder.
Sin embargo, en países occidentales se han librado batallas a favor de la adquisición del poder del Estado, como cuando partidos socialdemócratas ganan el derecho a gobernar y han aplicado el “Estado de bienestar” que benefició por algún tiempo a obreros. Otros triunfos en Europa y Asia oriental han hecho que se nacionalicen los medios de producción.
A pesar de la llegada al poder existe un descontento mundial por el gobierno de la izquierda que con el paso del tiempo se ha olvidado de algunos sectores de la población, porque han sido neutralizado y ya no desempeña su papel revolucionario que tenía en sus inicios y en cambio adoptaron una actitud represiva y explotadora, hasta hipócrita.
Las inconformidades han provocado que nazcan “nuevos movimientos” para combatir los “viejos movimientos”, lo que a su vez provoca una enorme confusión, porque es obvio que las estrategias no han funcionado, apremia una renovación que por desgracia aún es incierta.
En general en las ciencias también existe una crisis, porque ha intentado sostenerse por medio de algunas premisas que han sido por demás refutadas.
La Revolución Francesa es el primer movimiento antisistémico serio en la historia del capitalismo moderno, y su ideología observó que el capitalismo se renovaba de forma constante y que usaba como disfraz la premisa de “soberanía en el pueblo”, por lo que dejó como legado que fuera visible la contradicción existente entre sociedad/Estado y su supuesta interacción.
Así como en la Revolución Francesa la burguesía gala defendía sus intereses, en las ciencias sociales históricas, los cuadros dirigentes pretendían legitimar y preservar el capitalismo que a ellos les beneficiaba. Mientras que para los movimientos antisistémicos éstas ciencias servían para aclarar sus funcionamientos y también para ubicar los puntos endebles del sistema.
Los científicos sociales intentaban encontrar formas para explicar la verdadera realidad social, no la de los burgueses ni la de otros científicos. La tarea no era sencilla porque el modelo marxista se infiltraba y prevalecía, había que inventar un modelo que aceptara las ideas de la ciencia moderna y los modelos de la pasada historiografía.
La crisis de las ciencias radica esencialmente en que la ciencia social marxista se muestra cada vez más ineficiente para explicar el mundo palpable, además de la pretensión de imponer leyes eternas e inamovibles que se ha observado que son desechables e inservibles, pues sólo generan más confusión e incertidumbre.
Si existen opciones a las cuales acudir, pero hay una enorme inseguridad ante los posibles resultados pues sólo se puede ser responsable en lo que se puede influir directamente. Es probable que la nueva transformación lleve a la humanidad a un nuevo orden socialista y más igualitario para todos, incluidos los miembros de las minorías, pero esto dependerá por completo de cómo se resuelvan las dos crisis.
Sin embargo, pude que el nuevo sistema sea aun peor que el actual, o que las grandes cabezas que dirigen el sistema en la actualidad se hagan también dirigentes del nuevo orden que los envíe a mantener sus privilegios.
La lucha social es una realidad, surge de la necesidad de un nuevo pensamiento en general; pero, la dirección obedecerá a las acciones que cada uno tome para el nuevo proyecto de la civilización, está claro que puede ser peor o mejor que el actual, lo relevante es tomar conciencia de que es primordial un cambio, no es posible vivir dentro de esta sociedad tan desgastada e inmersa en la desigualdad que está siempre presente pero que pocos están dispuestos a observar y a cambiar.
Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Kairós. España. 2007. Pp. 146-170

El Informe Brandt



Diego Armando Tripp Arcos!!!!



El Informe Brandt que surge en enero de 1977, intenta que el mundo recupere el “orden”, tiene como “objetivos” la equidad y la justicia. Plantea que lo que resultará fructífero para los países desarrollados también lo será para las naciones más pobres del planeta.

Durante treinta años se debatieron los puntos relacionados con el desarrollo global y en el informe se mencionan como una reforma de generalizado para el mundo; se asegura que va dirigida para todo el mundo pero no es cierto, no contempla las diferencias de desarrollo de los diversos países.

También intenta dar argumentos para justificar que los países del Sur deben convertirse en liberales como que la opinión pública del Norte se verá afectada si no es aceptado el acuerdo. Las propuestas son por completo reformistas, nunca revolucionarias.

El objetivo no es el desarrollo y la equidad del mundo sino que se preserve la esperanza de cambiarlo, nada mejor podía esperarse de las personas que manejan el liberalismo global.

La comisión se toma el atrevimiento de afirmar que Latinoamérica, Asia y África siguen los pasos de Europa y Norteamérica en cuestiones de industrialización, dice que es “un desarrollo que ya empieza a cambiar el patrón de la ventaja comparativa de la economía mundial” pero que ello “implica una profunda transformación de la sociedad”.

Algo parecido a lo que dijo Carlos Salinas de Gortari, cuando en su gobierno afirmó que México ya formaba parte del “Primer Mundo”, no fue mas que una gran mentira y una burla a la sociedad, porque era obvio que el país no avanzaría en seis años lo que no avanzó en 50, menos con la desigualdad que existió y que aún impera en está nación.

En las zonas o países periféricos con industrialización reciente, es obvio que no existirán los beneficios esperados ni en cuestiones económicas, ni en igualdad de vida, sobre todo en los jóvenes que trabajan en fábricas y maquiladoras.

Así, lo que todas las naciones necesitan no son proyectos utópicos, sino planes palpables que en la realidad sean útiles para el desarrollo económico de cada nación en específico.

Ya está probado que ni el liberalismo de antes, ni el neoliberalismo de ahora funcionaron, sino que arrastraron más desigualdad social, más desempleo y más crisis, se necesita una estrategia urgente que de verdad beneficie a todos y no solo a las personas que ostentan el poder.

Bibliografía:
Wallerstein Immanuel. Geopolítica y Geocultura. España. Editorial Cairos. 2007. pp. 139-145.

jueves, 2 de abril de 2009

CAPITULO 10 “IDENTIDADES NACIONALES Y MUNDIALES Y EL SISTEMA INTERESTATAL”


Karla Aguirre Loredo
Geopolitica y Comunicación
Fecha: 3 de Abril de 2009


CAPITULO X “IDENTIDADES NACIONALES Y MUNDIALES Y EL SISTEMA INTERESTATAL”


Con este capitulo se da entrada a la parte de “Geocultura: la otra cara de la Geopolitica”, y teniendo como contexto todo lo estudiado en la primera parte el autor da una serie de datos importantes, los cuales presentare a continuación y que me permiten reforzar mi idea central en este trabajo.
Considero que el sistema económico mundial “capitalismo” no sólo ha buscado la expansión económica y política, sino también la ideológica. Puesto que con sus estrategias de sometimiento al sistema, ha llevado a querer establecer una hegemonía, la cual en la desde hace ya años atrás se vislumbra el aspecto cultural. Aunque existe movimientos para oponerse a tan acontecimiento, en la actualidad se observa que esa lucha que comenzó desde años a tras, no ha servido de barrera para impedir el avance de esta gran expansión cultural.
Bueno de entrada el autor explica que el mismo capitalismo ha llevado a que se formen dos grandes corrientes políticas-culturales de la economía mundial capitalista que son fundamentalmente expresiones de las restricciones estructurales impuestas por el carácter del proceso de acumulación de capital global.
Un rasgo fundamental de este sistema mundial moderno que vio la luz en Europa en el siglo XVI, y ha consistido en la tendencia hacia la conversión del Estado (o la Nación-Estado), en la forma política general y hacia la extensión global del sistema interestatal consagrada por el Tratado de Westfalia (1648). Tras la guerra de los Treinta años.
Los Estados pertenecientes al ámbito de la economía mundial capitalista han padecido las limitaciones que su propia existencia imponía en un sistema interestatal. Una consecuencia de esto ha sido que ni un sólo Estado o ningún grupo que controle cualquier Estado, ha gozado de libertad total, para trasformar a su antojo las relaciones dentro de sus fronteras.
Dentro de los Estados y todo este funcionamiento capitalista han surgido dos grandes conceptos el “equilibrio de poder” y “el imperio”. Y mediante el primero se pretende garantizar la supremacía abrumadora, sobre los demás.
Con las políticas imperiales o coloniales por lo general han sido efectuadas mediante la subordinación política de áreas periféricas, es decir la subordinación política de estas áreas, por medio de un intercambio desigual y una creación del proletariado.
La proliferación del concepto “Nación-Estado” ha tenido el efecto de centrar las luchas ideológicas y políticas generadas por el desarrollo capitalista del Estado, que se ha convertido en el principal objeto de interés y disputa.
Lenin sostenía el nacionalismo burgués y el internacionalismo proletariado; estos son los dos lemas hostiles, los dos grandes bandos de clase del mundo capitalista.
De igual manera decía que la humanidad únicamente puede llegar a la abolición de las clases mediante un periodo de transición de la dictadura de la clase oprimida solo puede llegar a la integración inevitable de las naciones pasando por un periodo de transición en que se alcance la emancipación total de todas las naciones oprimidas, esto es, la libertad para optar por la secesión. “poder que el llamamiento político del nacionalismo ejerce entre las fuerzas populares”.
Aproximadamente a partir de 1815 se caracteriza por las creaciones de una serie de Estado en Europa Occidental en el siglo XIX, el nacionalismo empezó a sustituir al estadismo como aglutinante ideológico de las identidades políticas.
La consolidación general del sistema de naciones-estado en los siglos XVI y XVII en cierta medida estuvo en función de las condiciones específicas reinantes en Europa Occidental: en particular de su relativa homogeneidad cultural, marcada por una convergencia considerable de prácticas lingüísticas, familiares, legales, religiosas, económicas y políticas. Ya en esta época puede observarse las ambigüedades culturales y políticas emergentes de la economía mundial.
Para el fin de este periodo también se fundaron los cimientos de las ciencias sociales.
En el siglo XIX, también asistió a la emergencia de un movimiento “internacionalista” de clase obrera. La Fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores en 1864, su desaparición en 1876, y la posterior creación de la segunda internacional en el centenario de la Revolución Francesa eran indicadores de un conjunto más amplio de trasformaciones históricas que se gestaban en el ámbito de la organización de los trabajadores como consecuencia del desarrollo capitalista.
Como asistió al desarrollo de intrincadas doctrinas racistas que acabarían por dominar las ideas acerca del mundo, no europeo.
El marxismo, por ejemplo, elaborado como tradición intelectual característica en este periodo.
La inclusión definitiva de Japón y Estados Unidos entre las potencias y la extensión del movimiento nacionalista en Europa Oriental había cambiado decisivamente el contexto y la configuración de la diplomacia mundial.
El comienzo de la Guerra entre las grandes potencias en 1939 supuso el ultimo de una serie de fracasos por parte de la sociedad de naciones y marco su desaparición definitiva. La Segunda Guerra Mundial dio un golpe de gracia a las administraciones imperiales de las potencias europeas.
La lucha contra el colonialismo se ha sustituido por la lucha contra el neocolonialismo, y el sistema interestatal ha asistido a la aparición del movimiento de estados no alineados.
Puede decirse que en líneas generales la jerarquía se ha mantenido, si bien es cierto que en condiciones distintas.
Los mecanismos coloniales formales se sustituyeron por otros, avanzamos hacia el final de este reciente periodo, que comienza con el declive de la hegemonía de Estados Unidos. Con la capitalismo solo se contrajo una política e ideología, que reflejado una ambivalencia que se ha reflejado en una tensión continua entre el nacionalismo y el internacionalismo como principios organizadores de los diversos movimientos sociales y políticos generados en el trascurso del desarrollo capitalista.
El conflicto y la tensión entre la particularidad y la universalidad como principios organizadores en el mundo moderno.
Solo procediendo de este modo para localizar las expresiones ideológicas y políticas contemporáneas según el contexto de un único proceso de acumulación de capital global definido históricamente, podremos empezar a entender los nuevos asuntos que se plantean en relación con las desapariciones de las naciones-Estados y con la construcción de una comunidad socialista de naciones o pueblos.
Con todo lo anterior me mantengo en la posición planteada al inicio del trabajo. Considero que el sistema económico mundial “capitalismo” no sólo ha buscado la expansión económica y política, sino también la ideológica. Puesto que con sus estrategias de sometimiento al sistema, ha llevado a querer establecer una hegemonía, la cual en la desde hace ya años atrás se vislumbra el aspecto cultural. Aunque existe movimientos para oponerse a tan acontecimiento, en la actualidad se observa que esa lucha que comenzó desde años a tras, no ha servido de barrera para impedir el avance de esta gran expansión cultural.
Y es que a pesar de que el libro fue escrito hace ya tiempo, realmente los análisis y la criticas que el autor expone tiene mucha verdad en la actualidad o ¿Qué acaso no se ha vivido en los últimos años, una expansión cultural? Precisamente es con lo que vivimos día y noche, el sistema capitalista se ha empeñado en querer formar una gran hegemonía cultural para que así le sea accesible someter a las sociedades y que sus negocios sean una caso “redondo”, donde tanto la producción, la inversión y el consumo se queden dentro del mismo sistema.
Establezco que es cuestión de analizar todo, y el ¿Por qué? De las cosas que suceden a nuestro alrededor, investigar y comprenderemos que muchos de los problemas actuales tiene sus bases en el pasado y en ocasiones encontraremos puntos de vista y tesis como la que muestra el autor en este capitulo con relación a la forma que conducido el mundo el sistema capitalista.





BIBLIOGRAFIA:

Wallerstein, Immanuel. Traducción de Vázquez Nacarino, Eugenia.
“Geopolítica y Geocultura, ensayos sobre el moderno sistema mundial”
Editorial Kairós
Barcelona, Febrero del 2007
336 pp.

Capítulo 9


Ortiz Barajas Karla Verónica
Ensayo del capítulo 9 La economía mundial capitalista
perspectiva a mediano plazo
El nuevo sistema Mundial


El actual sistema mundial, el capitalismo, está en una etapa de declive en la cual su supervivencia no es seguro por el contrario pende de un hilo que ha provocado incertidumbre mundial y que mantiene a todos pendientes de las decisiones que aclararan la interrogante que se cuestiona cuál será el nuevo sistema económico mundial.
Para esto presenta tres grandes periodos 1945-1988, 1988 aproximadamente 2000 y de 2000-2050.
1945-1988
Este periodo se ve influenciado por la Segunda Guerra Mundial que tuvo una gran explosión económica, pues Estados Unidos consiguió un fuerte ingreso capital por la intervención en la industria bélica.
Las complicaciones en el sistema capitalista se pueden comprender al hacer una división de dos fases: la Kondratieff clásico y la Kondratieff estándar. La primera se refiere a la exportación monopólica de ciertos productos que finaliza cuando otros productos competencia entran al mercado, esto crea un debilitamiento de los monopolios por tanto al ser las empresas de inversiones más fuertes su disminución en la productividad genera un estancamiento.
Y el segundo se refiere al alto nivel de desempleo que existe en la población mundial, que genera una competencia entre la población por la obtención de empleo y que por tanto provoca una concentración de capital en grupos muy específicos de la población que a su vez impide la movilidad social y genera un estancamiento económico.
Wallerstein, tiende más sobre la propuesta del Kondratieff clásico, porque estos son menos agresivos para la economía mundial y para la población en general, pues mantienen etapas más regulares dentro de lo irregular.
Estado Unidos que se volvió una potencia hegemónica después de 1945, para los 50´s era una potencia indiscutible e inapelable, tuvo un crecimiento tanto económico como cultural, se vio beneficiado en el ámbito político y social.
En base a esto no sólo propago por el mundo su sistema ideológico en referencia a lo cultural, también lo hizo con su modelo de desarrollo, la monopolización de los adelantos tecnológicos, de las ciencias y las artes además de la imposición de su idioma como el idioma internacional.
El acenso de Estado Unidos como potencia hegemónica afecto principalmente a los países de la periferia, pues fueron pesimamente los más excluidos de los beneficios del nuevo sistema capitalista y los más afectados con las nuevas disposiciones del capitalismo emergente.
Esto generó desequilibrios políticos que fundaron su propio declive, como la explosión de guerras en Vietnam y en Argelia. En general, hubo un despertar generalizado de movimientos anti sistémicos, incompatibles con la hegemonía norte americana.
Que surgió también como respuesta al estancamiento económico, que se agregaron a los resultados de la revolución de 1968, que hizo un cuestionamiento fuerte a la ideología del desarrollo, que trajo como consecuencia la transformación de las instituciones, de las ciencias sociales, la cultura las artes, las llevó a una terreno pluralista y multicéntrico, así como la utilización de otros idiomas par las relaciones exteriores.
1988-2000
Lo anterior trajo como consecuencia la posibilidad del crecimiento de otros países como las figuras en Asia de Japón y Europa Occidental, como nuevas potencias, quienes en un futuro se colocaran en el timonel del poder económico-político. Japón es un país que ha tenido un avance tecnológico impresionante razón por la cual estados unidos intenta crear una alianza y el futuro quedaría en las manos de estas dos naciones.
Europa Occidental y Japón en el periodo de 1967 a 1988, se han dedicado en una forma individualista a sus asuntos en el plano político para fortalecer a su vez su acometividad económica en el mercado mundial. Para el año 2000 ya se habrá formado la superioridad de estos dos centros geográficos y se habrán definido sus posturas en relación con Estados Unidos.
2000-2050
Estás son deducciones especulativas sobre lo que pasará en este periodo y Wallerstein presenta los cuatro posibles vectores que direccionaran el nuevo sistema mundial.
1.- Platea el monopolio tecnológico entre Japón- Estados Unidos, que Japón llegará a un nivel tecnológico inclusive mayor, y plantea la importancia de la tecnología en el mundo.
2.- Europa tendrá una ofensiva contra el proteccionismo, pues quien tome la delantera de la siguiente expansión se adueña de la tecnología.
3.- Se necesitaría incorporara al tercer mundo en la producción para reactivar la economía
4.- Las ciencias sociales y las corrientes filosóficas deben crear un sistema crítico que concluirá el problema de los movimientos sociales.


BIBLIOGRAFÍA:Immanuel Wallerstein, Geopolitica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007. Pág. 171-189

Capítulo 8


Ortiz Barajas Karla Verónica Ensayo sobre el capítulo 8 Topología de crisis del sistema mundial
En busca de un nievo sistema mundial


El término crisis se ha convertido en un término muy deslavado, se utiliza para denominar cualquier desbalance, por mínimo que este sea, en la estructura económica. Pero en realidad “crisis”, se refiere al resquebrajamiento del sistema, que es atacado tanto económica como social e intelectualmente.
Plantea seis supuestos ocultos sobre la crisis, primero plantea el análisis social, pues hace referencia a la crisis del sistema mundial, y por tanto es un sistema histórico, que está formado por un proceso de división del trabajo, que no se da por generación espontanea, respeta ciertos principios.
Como todo sistema histórico sigue una trayectoria, tiene un comienzo, un desarrollo y un final, pero como se trata de procesos que dirigen el rumbo del mundo son mucho más largos de lo que se podría pensar, pueden tomar de 400 a 500 años o más.
Por tanto todos los sistemas económicos terminan por socavar su propia supervivencia, lo que hace inevitable la desaparición de los sistemas históricos, por eso se requieren cambios, que permitan seguir la historia del mundo.
Cuando el sistema tiene un grado alto de contradicciones entonces se puede asegurar que está en crisis. Cómo se resuelvan los problemas del sistema o cómo sea el siguiente que lo sustituirá, está históricamente abierto. “El hombre labra su propia historia”, bajo esté concepto se entiende que crisis, significa necesariamente cambio.
Las transformaciones son complicadas porque vivimos en un sistema muy complejo y completo, el sistema mundial actual es el sistema económico capitalista, da seis supuestos en función de este sistema histórico.
El sistema mundial moderno es una economía capitalista, que restringe mucho la división del trabajo, pues se basa en “La ley del valor”; sin embargo es el primer sistema se ha desarrollado por completo y a pesar de encontrarse en crisis, encuentra la forma de resurgir.
El capitalismo es un sistema que inició a finales del siglo XVI, en Europa y posteriormente se expandió por todo el globo a fines del siglo XIX, que logra incorporar su división social del trabajo.
Como todo gran sistema tiene grandes contracciones en primer lugar la acumulación de los capitales en selectos grupos y la creación de estrategias para aumentar la demanda, que corresponde a la relación cercana que este sistema tiene con los empresarios.
En síntesis el sistema capitalista está ya muy subyugado y no podrá levantarse de una nueva crisis, por tanto comenzara a haber intervención de los estados para rescatar la económica y esto nos llevará al nuevo orden mundial denominado socialismo.
Las crisis pueden dividirse en dos grandes bloques, las estructurales denominadas crisis de os movimientos y las crisis intelectuales que se refieren al ámbito de las ciencias. Las crisis estructurales, generan organización social que a su vez trae movimientos, estos surgieron en el siglo XIX. Tenía estrategias políticas muy organizadas, y buscaban apoderarse del Estado para conseguir un mejor control.
En el ámbito de las ciencias, que son la expresión intelectual por excelencia de la modernidad, se sostiene en tres conceptos fundamentales, todo lo que forma parte del mundo es comprensible, que todas las generalizaciones pueden plantearse en términos de leyes universales. Y la única forma objetiva en que se puede conocer al mundo es a través de la ciencia. Por tanto, la ciencia es la única forma en que se puede manipular al mundo.
Wallerstein considera que debe haber un progreso en la sociedad para que se pueda llegar al sistema socialista, y para que esto puede suceder deben resolverse las dos crisis, tanto la de movimientos como la de ciencias
Plantea también que para conseguirlo antes debe haber revoluciones, cómo pasó en Europa cuando se cambio del feudalismo al capitalismo y gran parte de la población sufrió un retroceso, pues se quedó estancada y no pudo seguir el ritmo que proponía el nuevo sistema.

Conclusión
Lo que Wallerstein propone como el resquebrajamiento del sistema mundial y sustenta en una crisis larga que terminará por resquebrajarlo, es una afirmación sustentada en la historia del propio sistema, que está mal sujeta y puede venirse abajo.
Desde el surgimiento del actual sistema mundial, se detectan contradicciones, la primera es que estos sistemas buscan consolidar de forma homogénea un ambiente de paz, constituir relaciones exteriores armónica, y por el contrario, distingue y separa más que ningún otro a las naciones.
La idea de que entonces este sistema terminara por desaparecer, no es precisamente nuevo, al final de cada gran conflicto como fueron los de 1918 y 1945, la humanidad busca la esperanza de un mundo pacificado donde las naciones se autodeterminaran libremente.
Esos nuevos órdenes, de los cuales el capitalismo ha salido triunfante, no conducen a otra cosa más que a fin de cuentas a una nueva versión de un desorden establecido.
Dado que sus contradicciones son más grandes que las propuestas que plantea y sus problemas más grandes que los que se supone resolverán. El nuevo sistema es incapaz de mantener el orden, por ello la violencia y las intervenciones militares han llegado a los niveles sin precedentes.
Además de que las decisiones impuestas por las potencias no pueden ser alegadas por el mal llamado Tercer mundo. Con esto la democracia que platea el actual sistema mundial también es contradictoria.
Por tanto la constitución de un nuevo sistema internacional, como bien maneja Wallerstein, es un objetivo lejano para la comunidad internacional que se encuentra en un estado de desorden generalizado, y necesita un proceso de transición que llevará muchos años para restaurar el sistema o en definitiva constituir uno nuevo.
Wallerstein, Immanuel. Traducción de Vázquez Nacarino, Eugenia, “Geopolítica y Geocultura, ensayos sobre el moderno sistema mundial” Editorial Kairos, Barcelona, Febrero del 2007, 336 pp.