Mancilla Gómez Abigail Geopolítica y comunicación
La unidad Europea
Europa siempre se ha posicionado como punto clave de la economía a nivel mundial, desde épocas remotas dicho continente ha albergado grandes superpotencias, su importancia social, política y cultural resulta innegable.
Países europeos como Alemania, Francia, Italia, España, Gran Bretaña entre otros representaron durante mucho tiempo un grado muy alto de superioridad frente a otros territorios, lo cual le valió la conquista de nuevas tierras descubiertas, un esparcimiento de sus límites territoriales y de su poderío logrando así extender sus horizontes y posicionándose desde esos momentos como un personaje importante de la historia del mundo.
Menciono lo anterior porque tal pareciera que desde aquella entonces el nombre de Europa no ha dejado de figurar como pieza clave del curso que han tomado los acontecimientos más importantes de nuestra historia. En el texto podemos darnos cuenta del grado de impacto de esta unidad de naciones en el siguiente párrafo “tanto EU como la URSS temiesen que cualquier estallido de violencia en Europa, por insignificante que fuera, pudiera desembocar rápidamente en una guerra nuclear a gran escala”[1]
Esta simple pero alarmante frase podría tomarse como índice de lo mucho que pesan las decisiones tomadas por parte del continente europeo, los conflictos internos de los países europeos afectan en gran medida los intereses de países como EU, incluso a pesar de portar el estandarte de superpotencia; su hegemonía no le es del todo suficiente, están consientes, al igual que las demás potencias mundiales de que en Europa se halla, “el meollo de sus intereses”[2]
Pudiera parecer que dicha situación coloca al contienen europeo en una posición de ventaja frente a sus enemigos o simples competidores, sin embargo no es del todo cierto que Europa goce de estas aparentemente privilegiadas condiciones.
En realidad la consideración de las potencias hacia Europa no es precisamente un motivo de alegría para el desafortunado continente, parece más bien una pesada carga que han debido llevar a cuestas, debido principalmente a las falta de alternativas u opciones, situación de la cual sin embargo han sabido obtener algunas cuantas ventajas.
La guerra fría se califica como uno de los principales motivos de las fluctuaciones económicas de los años posteriores a 1945, parte importante del resultado de la serie de acontecimientos que sacudió al mundo en aquellos años son bien narrados y explicados por el autor.
Su posición frente a lo que él llama la verdadera revolución industrial me parece sumamente interesante, nunca lo había analizado desde ese punto de vista y ciertamente podría ser una manera de entender cómo es que la industria logró tal expansión, misma que no sostenerse del todo por un largo periodo de tiempo, lo cual ocasionalmente desemboca en un periodo de estancamiento económico bien conocido por todos y llamado en términos populares como “crisis”.
Sin embargo antes del estancamiento la expansión económica estadounidense resulto avasalladora “las empresas norteamericanas tenían la capacidad no sólo de dominar el comercio el comercio mundial, sino también de ampliar su tamaño”[3], aunque no todo fue miel sobre hojuelas pues un dominio tan amplio del mercado ocasionalmente deriva en una disminución de consumo, debido a una baja en la capacidad adquisitiva de los competidores.
La ventaja estadounidense no duro mucho tiempo, para 1970 había descendido de manera considerable, lo cual representó un impacto en la economía mundial, si antes se había considerado la posición de EU como elemental y las decisiones en terrenos económicos, políticos y militares habían representado la voluntad de la esta nación, ahora era diferente, y EU perdió mucho de su dominio y su control frente a países europeos, asiáticos e incluso americanos.
Resulta fundamental tratar el tema de la unificación europea, por largos periodos de tiempo se ha pretendido llevar esta acción a cabo sin resultados realmente satisfactorios, lo cual suena bastante lógico si se toma en cuenta el conflicto interno que atraviesa la comunidad europea. Para muchos especialistas en el tema, pensar en la unión de las dos partes en las cuales se encuentra dividido el continente: Europa oriental y occidental, resulta bastante absurdo por varias razones, de las cuales destacan principalmente dos.
En primer lugar la ideología de cada una de las secciones europeas se encuentra fuertemente arraigada en sus habitantes; suponer una unión entre ambos sectores por obvias razones supondría a su vez renunciar de alguna manera a una parte de sus creencias, situación que ninguna de las dos Europas está dispuesta a aceptar, mucho menos para adoptar ideologías ajenas. Es un punto que claramente no está a discusión por ninguno de los dos bandos.
Por otro lado las cuestiones económicas se verían seriamente afectadas, un cambio de tal magnitud debe estar acompañado de una acción inteligente que respalde la economía de ambas partes, lo cual significaría la integración de las mismas por lo que es probable que exista un desajuste difícil de manejar.
La decadencia se convirtió en un conflicto de corte mundial, la posición de las superpotencias frente al panorama económico indudablemente fue difícil, las decisiones tomadas por los lideres y gobernantes no fueron siempre las mejores, la posición social dentro de la URSS y los EU fue critica, la serie de rebeliones y movimientos sindicales se desataron como consecuencia del descontento general en la población en respuesta del más estado en que se encontraban las políticas laborales de sus países.
Con su análisis el autor pretender llevar a cabo una proposición de una serie de acciones que aplicadas correctamente podrían resultar en una serie de beneficios que desde tiempos remotos se han venido persiguiendo. Por cuestiones aun incomprensibles situaciones de desastre económico mundial cuyas repercusiones sociales son ilimitadas, han continuado su camino a pesar de existir las medidas necesarias para cambiar el curso de los hechos.
La alianza de Europa occidental con Europa oriental y con las URSS es una de las disposiciones de las que hemos venido hablando, propuestas por el autor. Dicha alianza representaría múltiples beneficios para las tres naciones y sin embargo pese a que existen las medidas correctas para fomentar “un cambio fundamental por el que estos movimientos han venido luchando” [4] hasta ahora los resultados no han sido más que parciales y decepcionantes.
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