martes, 17 de marzo de 2009

Nuche Varela Vania Lucero.
Geopolítica y Comunicación.
17 de marzo de 2009.

“TIPOLOGÍA DE CRISIS DEL SISTEMA MUNDIAL”.

En la actualidad, estamos enfrentando un periodo de crisis en el sistema mundial en todos los ámbitos de la vida humana, es decir, en lo económico, lo político y lo social. Ciertamente, estos problemas no surgieron de la nada; ha habido todo un proceso de transformación del sistema a lo largo del tiempo.

Durante toda la historia de la humanidad, se ha visto la decadencia de varios sistemas económico-políticos aplicados en su momento, y ello tiene su causa en el hecho de la evolución misma del sistema, donde éste ha evolucionado a tal punto de acumular grandes contradicciones las cuales no permiten solucionar los conflictos internos del sistema, llevando a la desaparición del sistema histórico existente. Eso nos remite a una importante cuestión: ¿qué tipo de sistema histórico implementar?

La creación o construcción de un nuevo sistema mundial recae en la situación presente de la sociedad, pues es lógico pensar que cada sociedad busca las mejoras al sistema, aspira a que los problemas se resuelvan y las personas tengan mejores oportunidades en la vida. Así, aparece el tema de la división del trabajo, que a su vez se basa en una sucesión de procesos de producción, “supuestamente” coherentes con un marco político.

Por supuesto debe aclararse que la duración de los sistemas históricos es variable, precisamente por el ya mencionado engrandecimiento de contradicciones. Éstas indican la existencia de presiones culturales, ocasionadas por la discrepancia entre los intereses de los grupos sociales, razón que los mueve en direcciones contrarias. Se piensa que las contradicciones pueden y deben ser eliminadas -o si no al menos controladas- por el sistema; de ello depende la permanencia de éste. Sin embargo, la supervivencia de los sistemas históricos se encuentra amenazada, puesto que las contradicciones son inevitables.

Cuando llega el punto en el que las contradicciones sobrepasan el nivel de capacidad del sistema, se dice que éste ha entrado propiamente en un proceso de crisis. Significa entonces la necesidad de hacer cambios dentro del sistema, modificaciones que contribuyen a la transformación estructural del mismo, conduciendo a su desintegración. De este modo, la crisis se manifiesta como un proceso de transición sistémica. Empero, el hecho de una transición no indica expresamente un avance; hay ocasiones donde la situación es totalmente contraria y la fase posterior es aún peor que la anterior, es sin duda una etapa de retroceso.

Nuestro sistema actual, economía capitalista mundial, ha sido el único existente en todo el mundo de manera simultánea. Claro, este alcance lo obtuvo progresivamente. Esta omnipresencia del capitalismo es una de las distintas causas de su crisis posterior.

Volviendo a la temática de las contradicciones, es posible vislumbrar dos principales: en la economía y en la política. En cuanto al sector económico, la problemática se centra en el papel cambiante del acumulador del capital: primero, establece una competencia con el resto de los acumuladores de capital, quienes se convierten en sus rivales acérrimos. Luego, tiene que ceder para poder continuar en el renglón de la productividad, desarrollando lazos de cooperación con los otros acumuladores; por último, esta obligación cooperativa demanda la libertad de los factores de producción, y dado que en el sistema capitalista éstos sólo pueden tener una libertad parcial para una mayor obtención de beneficios, a largo plazo el sistema se debilita.

Nos introducimos por tanto, en la política. Ésta se ve afectada por las diversas soluciones económicas implantadas -de corto y mediano plazo- que traen consecuencias políticas. Ello puede verse en la aparición de movimientos antisistémicos, conformados por los estratos oprimidos con el fin de regular las cosas a su favor y obtener mayores beneficios. Incluso, han surgido nuevos movimientos que cuestionan a los antiguos (las “nuevas” izquierdas contra las “viejas”) por su apático proceder ante el gobierno y su consecuente sumisión a éste. El fundamento de todos estos movimientos es la obtención del poder del Estado para así conseguir un verdadero cambio. La consecuencia obvia es una confusión ideológica dirigida al replanteamiento de la estrategia primordial y averiguar si ésta se basa esencialmente en la adquisición del poder del Estado.

Asimismo, las ciencias toman también cierto grado de relevancia para la evolución o declive del sistema. Los científicos sociales se han dedicado a estudiar la realidad social; con el tiempo, este análisis de la realidad, se ha tornado más objetivo, fuera de concepciones burguesas o del establishment para lograr la explicación más correcta y adecuada de la realidad y facilitar la orientación hacia la aceleración de la transformación social del mundo.

En conclusión, el sistema capitalista mundial está derrumbándose y la respuesta a la cuestión de qué camino seguir y cuál es el nuevo sistema que habremos de efectuar, tiene su base en la resolución de las otras crisis, la de los movimientos y la de las ciencias. En la medida en cómo demos solución a estos conflictos, se verá el desarrollo de un nuevo sistema mundial y de eso dependerá totalmente el porvenir de la humanidad.

BIBLIOGRAFÍA:
* WALLERSTEIN, Immanuel. Geopolítica y Geocultura. 1ra. Edición, Barcelona, Editorial Kairós, 2007. 336 PP.

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