viernes, 20 de febrero de 2009

1968, REVOLUCION DEL SISTEMA MUNDIAL

Díaz Solis Lorena

En el capítulo V del libro de Immanuel Wallerstein los temas que se abordan son realmente interesantes, ya que habla sobre todo el movimiento que tuvo el año de 1968. Trataré de abordar de manera general, lo que menciona el autor desde los inicios de la década de los 60.

La llamada hegemonía positivista que las iniciativas de EE.UU. había emprendido empezó a debilitarse y todo como consecuencia del éxito de la misma. Sus aliados poco a poco se empezaban a hacer fuertes que comenzaron su autonomía económica.

La década de los 60 tuvo como inicio algo denominado como tándem (esto es una asociación de dos personas o grupos) entre Kennedy-Jrushof en donde se comprometían a hacer cosas mejores y aunque si llegaron a lograrlo, fueron eliminados cuando apareció el tándem Johnson-Breshnev.

Aparecieron entonces ciertas presiones ideológicas que se trataban de aplicar de nuevo pero ahora frente a una población mundial que no era ya tan fácil de engañar. Esto fue un antecedente a la revolución que la oposición haría estallar contra la supremacía estadounidense en 1968.

Uno podría pensar que ese año solamente sacudió fuertemente a México, pero ahora podemos darnos cuenta de que no fue así. Los movimientos sociales y los nacionales fueron dos clases de movimientos antisistémicos. Los primeros denunciaban la opresión que tenía el proletariado por parte de los burgueses y los segundos se quejaban de la opresión que se tenía hacia personas con menos posibilidades dentro de los grupos dominantes. Ambos querían obtener la “igualdad” y en un momento dado utilizaron el eslogan de la Revolución Francesa: “libertad, igualdad y fraternidad”.

Un aspecto que menciona Wallerstein en este capítulo es que estos movimientos fueron liderados principalmente por jóvenes, como ejemplo podemos citarnos nosotros mismos: El movimiento estudiantil del 68 o también conocido como la matanza del 68.

Esta revolución del año sesentero se dirigía principalmente en contra de las viejas izquierdas, pero no contaban con que éstas responderían a los ataques con la misma moneda.

Sin embargo, pese a esto, la revolución tuvo en cierta forma un triunfo en lo que se refería al sexismo, racismo y “lacras análogas”... El autor menciona que las situaciones legales, de los movimientos antisistémicos y las mentalidades han cambiado.

Menciona que hubo seis tipos de movimientos antisistémicos:
1. Países occidentales había movimientos en forma de sindicatos. Partidos Laboristas y Socialdemócratas.
2. Países occidentales había movimientos sociales nuevos, como las minorías, mujeres, etc.
3. Bloque socialista. Partidos comunistas tradicionales.
4. Bloque socialista. Red de organizaciones externas del partido. Los distingue la importancia que le daban a los derechos humanos y la anti-burocracia.
5. Tercer Mundo. Movimientos de Liberación Nacional
6. Tercer Mundo. Movimientos nuevos que rechazan asuntos “universalistas” de movimientos previos.

Hay tres observaciones sobre estos grupos, la primera es que en 1968 se trataban cual si fueran enemigos: se criticaban unos a otros. La segunda era que habían empezado a discutir acerca de una posible transformación y por último si se convertían en un solo movimiento ello no quería decir que fuera una estratega antisistémica unida.

De acuerdo al texto, se podría concluir que la real importancia de la revolución de 1968 fue que se planteó las posibilidades que se tenían para el futuro. Wallerstein argumentaba en aquel entonces que se tendrían que dejar pasar 10 o 20 años para ver si verdaderamente esta revolución tendría los efectos deseados. Hoy, a 40 años de distancia, seguimos esperando...

BIBLIOGRAFÍA.
Wallerstein, Immanuel. “1968, Revolución del Sistema Mundial”, en Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., tr. de Eugenia Vázquez Nacarino, intr. de Immanuel Wallerstein, Edit. Kairós, Barcelona, 2007, pp. 94-119

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