lunes, 16 de febrero de 2009

Dìaz Solis Lorena Geopolitica y Comunicacion

LA NO REVOLUCION REAGAN

Hablar de EE.UU., es hablar de una gran potencia (a pesar de ser el país más endeudado del mundo) que para poder lograrlo haya tenido que participar en la Segunda Guerra Mundial.

Fue la etapa en donde la supremacía que tenía estaba a todo lo que daba, pero olvidó factores importantes para poder mantenerse. Tenía que ser un buen estratega para poder dominar las zonas más importantes del mundo. No podía, desde mi punto de vista, proclamarse así mismo el centro económico más importante, sino sabía o no podía establecer un buen manejo de esos lugares. Es como salir a la lluvia sin paraguas.

Haré una comparación respecto a las zonas que tenía que manejar en esa época, y las que tiene que manejar ahora: el primer problema que tenía después de 1945, era con el resto de los países industrializados, que habían quedado totalmente destrozados después de la guerra y no podían ejercer como mercados. Ahora, con la crisis mundial que se vive, Barack Obama tiene que subir a flote la economía de su país, ya que afortunada o desgraciadamente EE.UU. mueve al mundo. Mi comparación surge en que en 1945 se trataba de una guerra; hoy de una crisis.

El problema de la segunda zona de la que habla Wallerstein, era como tratar con la URSS. Se tenían varias alternativas posibles y de las que se presentaban, eligió una que podía ser efectiva para las dos naciones: ir a la guerra. Se menciona que había una “cortina de acero” lo que representaba la separación del mundo comunista con el mundo libre y que eso equivalía a separar al lado socialista del lado capitalista. Entonces, hoy en día... ¿Qué pasa con la relación entre EE.UU. y Cuba? Exactamente lo mismo. Tal vez no haya una guerra como tal entre estos dos países, pero se tiene una presencia militar en el país socialista: la base naval de Guantánamo, sin olvidar la presencia que tiene en medio oriente, donde si hay conflictos armados.

Sigue el Tercer Mundo. Me llamó la atención algo que dice el autor y es que en 1945 no se le llamaba así por el hecho de que no se le tomaba en serio “políticamente”. Honestamente creo que hasta la fecha no se le sigue tomando en cuenta. O entonces ¿por qué sigue habiendo tanta pobreza en América Latina? La falta de atención hacia este lado del continente es una de las tantas razones. Sólo nos ven como lugares en donde se pueda agrandar su imperio y seguir enriqueciéndose con las franquicias que establecen en dichos países. Un ejemplo de esto, desafortunadamente es el territorio nacional.

El autor menciona algo parecido en el texto, dice que EE.UU. veía en el tercer mundo extensas áreas geográficas con una importancia estratégica excelente pero finalmente zonas muy pobres para convertirse en un mercado inmediato para las exportaciones. Actualmente se puede hacer lo último, pero nos siguen viendo como países en “vías de desarrollo”.

Otra comparación que hago son los conflictos internos que vivía EE.UU., uno de ellos era la lucha de clases entre la mano de obra y el capital. Hoy, en plena crisis, el problema que surgió con los trabajadores de la industria automotriz y el desempleo. Quizá no sea una lucha como tal, pero sí a consecuencia de la falta de capital, si la economía estaba por los suelos ahora está y estará peor.
Al haber desempleo, no hay capital que circule y el que lo hace, pues no produce lo suficiente.

Otro de los conflictos que sacudía a los EE.UU. hace varias décadas era el que se producía en las clases medias. El problema en cuestión era si EE.UU. debía continuar centrando su atención hacia sí mismo o debía orientar su economía hacia el comercio mundial. El día de hoy es algo que ha cambiado demasiado porque ahora no se limitan, sino que cada día más se comen y conquistan al mundo.

El último conflicto social de EE.UU. en aquellos tiempos era la opresión de los negros. Basta y sobra decir que eso quedó definitivamente en el pasado, ya que por primera vez en la historia, la nación más poderosa del mundo tiene como presidente a un afroamericano. Seguramente eso le haya pegado en el ego a varios estadounidenses racistas, pero hoy es realidad.

Otra similitud que encuentro en la historia del país norteamericano, es que en 1970 se da una estrategia nueva –Nixon, Ford, Carter—para minimizar las pérdidas sufridas. A la fecha, Barack Obama hace un “plan” para poder enfrentar y sobrellevar la crisis.

A pesar de que esta obra de Immanuel Wallerstein fue escrita ya hace vario tiempo, habla de cosas que sucedieron en su momento y que ahora de una forma u otra vuelven a repetirse pero en circunstancias y tiempos diferentes. Menciona que el gobierno estadounidense trató de reaccionar intentando ganar tiempo reduciendo el daño inmediato, eso mismo pasó no hace muy poco, cuando las hipotecas causaron el debacle financiero, que hoy afecta al globo terráqueo.

Otra de las cosas que menciona, es que la situación económica se agudiza en gran medida por las tensiones internas que se viven en el país. Como ejemplo podría citar la estafa millonaria que se realizó no hace mucho tiempo.

Para finalizar puedo decir que este texto ofrece un amplio contenido el cual se puede analizar hoy en día y que se puede encontrar en él varias similitudes con la situación actual, tal y como pretendí hacerlo yo en este trabajo. La parte que más llamó mi atención fue que donde Wallerstein dice: “La realidad objetiva pone límites a quienes establecen políticas. Uno puede postergar las negativas, minimizar las pérdidas, maniobrar para conservar algún provecho, pero no puede poner fin al movimiento de las olas”.

Y bueno, solo me resta decir un dicho popular que bien podría describir lo que le ha pasado a EE.UU. y es que el pez por su boca muere.

BIBLIOGRAFÍA.
Wallerstein, Immanuel. “La no revolución Reagan, o las opciones limitadas de Estados Unidos”, en Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., tr. de Eugenia Vázquez Nacarino, intr. de Immanuel Wallerstein, Edit. Kairós, Barcelona, 2007, pp. 41-53

CAMBIOS CULTURALES DE LA POSGUERRA

LITERATURA
La literatura de la posguerra fue explosiva, variada y estuvo siempre en constante crecimiento y evolución. La Segunda Guerra Mundial dio lugar a que los escritores no occidentales publicaran sus obras extensamente en Europa y las Américas, con lo cual figuras antes conocidas sólo en sus respectivos países adquirieron renombre mundial. Una creciente permisividad dio origen a las formas de expresión cada vez más realistas y también más vulgares. La novela, en particular las novelas escritas con la intención consciente de que llegasen a ser éxitos editoriales, llegó a predominar el mercado. El enorme incremento en el alfabetismo hizo crecer las ventas a altísimos, hasta el punto de que una autora popular, la escritora de novelas de misterio Agatha Christie (1890-1976), vendió más ejemplares de las mismas que ningún otra obra, salvo la Biblia, y ha sido traducida a ochenta idiomas. El surgimiento de un gran público lector que encontraba a escritores como T. S. Eliot (1888-1965) y James Joyce (1882-1941) demasiado difíciles, o simplemente no lo bastante interesantes, habría de tener profundos efectos en la educación, la literatura y la sociedad en conjunto. Por otra parte, ya para la década de 1980 el inglés había tomado sin lugar a dudas el lugar del francés como idioma de la diplomacia, del alemán como idioma de la ciencia y de todos los demás como principal idioma mundial del comercio.

PINTURA
Desde principios del siglo XX el arte prueba ser explosivo, expresivo y muy innovador; se aparta de los cánones establecidos del arte figurativo previo. Los expresionistas declaran que deben representar las cosas no como ellos las ven sino como las sientes, y esta clase de arte adquiere una cualidad mágica, poética e incluso visionaria. Los fauves, artistas que emplean el color puro, y entre los cuales Henry Matisse (1869-1954) fue una figura central, trabajan con líneas audaces y flexibles para transmitir una intensidad de expresión que va más allá de la gama normal de las emociones humanas. El surrealismo tiene vínculos con las teorías freudianas, pues busca expresar procesos mentales subconscientes. Picasso (1881-1973), el gigante, fue figura de transición; Salvador Dalí (1904-1989) e Yves Tanguy (1900-1955) disfrutaron de gran éxito financiero, en parte debido a la popularidad de las técnicas surrealistas.
En los años sesenta los reflectores se dirigieron hacia el arte pop, una reacción neodadaísta a los objetos producidos y comercializados en masa. Los artistas pop representan cajas de detergente, latas de sopa Campbell’s, señales de caminos, telenovelas, tiras cómicas e imágenes borrosas de estrellas cinematográficas tomadas de revistas o de la pantalla del televisor. Artistas pop como Andy Warhol (1928-1987), junto con los estadounidenses Robert Motherwell (1915-1991) y Georgia O’Keeffe (1887-1986) ocuparon posiciones dominantes.

ESCULTURA
La escultura pop muestra moldes de yeso de personas reales rodeados por muebles verdaderos en una tira cómica tridimensional de una humanidad desvitalizada y vencida. En el otro extremo, la escultura a lo grande experimentó un renacimiento, en gran medida debido a la obra de dos artistas británicos. Bárbara Hepworth (1903-1975) hizo formas abstractas seguidas de hechura básica y de gran belleza. A Henry Moore (1898-1986) se le llegó a considerar ampliamente como el mejor escultor del siglo. Sus vigorosas interpretaciones de figuras humanas monumentales, simplificadas y reducidas a sus elementos esenciales, crea un efecto como el de una pintura cubista o expresionista. En la escultura, al igual que en la pintura, la variedad y vitalidad de las innovaciones fueron notables: desde las muy refinadas abstracciones rítmicas del rumano Constantin Brancusi (1876-1957) hasta las perturbadoras figuras escuálidas del suizo Alberto Giacometti (1901-1966), los abstractos o caprichosos mobiles del estadounidense Alexander Calder (1898-1976) y sus más grandes y en ocasiones amenazadores stabiles.

MÚSICA
Al igual que las artes visuales, la música se apartó de lo que el público en general era capaz de comprender para aventurarse en la música atonal y experimental, en muchos casos con base en el uso de medios electrónicos. La música popular llegó a ser una extensa rama de la industria del entretenimiento, en sus modalidades de música country y del oeste, jazz moderno y diversas formas de rock and roll. En todas ellas hubo innovadores que buscaban crear novedosas ideas y sonidos; en particular, el jazz solió y suele ser tanto intelectual como emocionalmente creativo en formas que rompen con modalidades en esencia carentes de originalidad de gran parte de la música romántica popular. La música destinada a millones de escuchas llegó y llega a ellos por medio de la radio y la televisión y de grupos itinerantes como los Beatles, por ejemplo.
Las palabras y los sonidos de la música popular llegaron a dominar el mundo sensorial de los jóvenes de Europa occidental, Estados Unidos y Japón, lo cual representó una internacionalización de los gustos tan difundida como el Walkman Sony en el que se reproduce la música.
Todo arte reforma la perspectiva con el propósito de intensificar la concentración, y la música, al distorsionar los sonidos, atrae una intensa atención. La distorsión en el arte y la música, así como la hipérbole en la literatura, el cine y la publicidad destinada al consumidor, han sido una respuesta a la competencia por la atención del público en un mundo de estímulos siempre en aumento, en el que los decibeles, la vulgaridad y el brillo agregan ornamentos de la misma índoles al muy real talento que la cultura popular ha mostrado.

BIBLIOGRAFÍA
Winks, Robin W. “La Literatura Moderna y las Artes: Elitistas y Populares” en Historia de la Civilización de 1648 al Presente Volumen II, tr.. de Patricia Cazals Kirsch y Héctor J. Escalona y García, pref.. de Robin W. Winks, 9ª ed., Edit. Pearson Educación, México, 2000, pp. 653-657


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