lunes, 23 de febrero de 2009

La unidad europea y sus repercusiones en el sistema interestatal



Tripp Arcos Diego Armando

Dado que las dos potencias mundiales, Estados Unidos y la URSS habían entrado en la llamada Guerra Fría, el peligro de que estallara un conflicto bélico a gran escala en Europa era muy grande, pues ésta se encontraba en medio de los dos.
Europa es la zona que desde 1947 se ha mantenido con cambios irrelevantes, incluso se ha encontrado más estable políticamente hablando que Asia, África y Latinoamérica.
Los europeos, que observan la consagración de las grandes potencias, sólo se resignan pues no tienen una verdadera alternativa para actuar. Pero posteriormente por la posición geográfica, los occidentales se alían a Estados Unidos en tanto que los orientales se unen con la URSS.
Por motivo de las alianzas, la unificación alemana pasa a ser un tema totalmente secundario. A las grandes potencias no les conviene la unificación alemana, por lo que evitaran a toda costa que esto suceda, y los alemanes no desean esa unión por las consecuencias principalmente políticas que podría acarrearles.
Dese 1945 la economía basada en el capitalismo se expande evasivamente por todo el mundo. En ese periodo las dos Europas, tanto occidental, como oriental habían prosperado ante ese sistema. Aunque en otros rincones del mundo las ventajas de la expansión prosperaron, no se hicieron presentes como en Europa en las décadas de 1950 y 1960.
En 1950, E.U. había superado todas las zonas que pretendían prosperar en el mundo, al grado de que las empresas norteamericanas dominaran el comercio mundial al crecer en el ámbito trasnacional. Pero su abrumador despegue trajo como consecuencia la escasez de clientes, por lo que en su búsqueda se basó en Europa occidental y Japón. Sin embargo no todo resulto favorecedor porque ya para 1970 el declive estadounidense era inminente.
Lo que hiso que E.U. prosperara despavoridamente fue que tenía una ventaja absoluta del capitalismo, monopolística que jugó un papel protagónico en el sistema mundial poco más de veinte años, lo que le permite hacer lo que desee en el terreno político.
El declive de E.U. era ya algo irreversible, por lo que la guerra fría parecía haber llegado a su fin, y la lucha ideológica entre liberalismo y marxismo, también.
Después de los cambios, viene una etapa que abarca entre 1970 y 1980 que es de total reorganización económica, pero los resultados de ésta no se observaran sino en la década de 1990.
Antes de ese florecimiento, aunque las estructuras políticas de la guerra fría siguen vigentes, se ocasionaron cambios importantes como que China socialista ya no es aliado de la URSS, mientras que en Europa y Japón Estados Unidos ejerce mayor presencia, por lo que es observable que la única salida política que genere un cambio, será la de la redistribución de las alianzas.
El poderío de las dos potencias no sólo es económico como podría pensarse, sino que también incluye fuerza militar y política. En Europa las diferencias entre occidentales y orientales parecen ser cada vez más marcadas.
Ante tal panorama se observa una unificación entre los países Europeos de occidente, en la Comunidad Económica Europea o CCE entre Grecia primeramente, España y Portugal.
Se presenta la posibilidad de una unión entre empresas transnacionales de Japón y Estados Unidos, pero tendría consecuencias políticas que afectarían las relaciones entre los estados, al grado de que los japoneses tuvieran que hacer prevalecer su presencia militar y los estadounidenses tuvieran que reformar sus asuntos internos.
Gracias a los cambios en China, pudo obtener una verdadera transformación en su estructura, porque su economía puedo ampliarse y ya no solo se quedaba aislada al interior del país y la colocaba en un papel protagonista a nivel mundial.
Pero no todo es fácil de llevar al interior de un país, por lo que la inconformidad social se hiso cada ves más presente en la URSS y en Estados Unidos, a lo que respondieron con inversión fuerte y certera con grandes cantidades con tal de resolver los problemas que estaban en el fondo. El malestar exterior de Estados Unidos era provocado por la entrada de “países de tercer mundo”.
Esa entrada desagradable representaba el irregulable incremento de la demografía de negros e hispanos que se concentraba en los principales centros urbanos, que se relacionaban con los movimientos de liberación cada vez más presentes, también existían disputas muy fuertes de movimientos sociales de izquierda y derecha, que no sólo es un asunto de ideas modos de pensar sino que implican un interés meramente económico.
A pesar de que la guerra fría impone considerables limitaciones tanto económicas como humanas a la URSS, se hace presente en el panorama un nacionalismo el interior que toma cada vez más fuerza, pero que no resuelve la problemática en el ámbito laboral, pues no hay derechos sindicales que sean reales.
Las situaciones internas pueden agravar considerablemente las cuestiones externas de la URSS, por lo que traería como consecuencia un círculo vicioso en el que lo interno se tornará todavía peor, y que Europa aprovecharía para obtener un espacio independiente de esa potencia.

Bibliografía: Wallerstein, Immanuel. Geopolítica y Geocultura. España. Editorial Kairos. 2007

No hay comentarios:

Publicar un comentario