jueves, 26 de febrero de 2009

Capitulo V del Libro de Geopolitica y Geocultura


Karla Aguirre Loredo
Geopolitica y Comunicación

CAPITULO V “1968, REVOLUCIÒN DEL SISTEMA MUNDIAL”

En todo este capitulo el autor Immanuel Wallerstein, nos plantea como en el año de 1968 ocurrió una Revolución que tuvo diversos antecedentes y que por lo tanto afecto a nivel mundial en aspectos distintos.
A través de tesis, cuestiones, orígenes, legados y lecciones va explicando todo el contexto que vivía el mundo alrededor de esos años.
Partiendo de todo el contenido del capitulo manejo la siguiente tesis: Las sociedades en el año de 1968 fueron testigo de un fenómeno global, que se extendió por todos los continentes, afectando tanto política, económica e ideológicamente a las estructuras sociales. La revolución de 1968 fue la bomba que detonó el equilibrio aparente que sostenían las sociedades mundiales por la supuesta “hegemonía estadounidense” que a través del desgastamiento de su sistema mundial causó grandes movilizaciones alrededor de la periferia mundial. Trayendo como consecuencias cambios formativos de la historia de nuestro sistema mundial moderno.
Para comprobar lo dicho anteriormente me apoyo del contenido de este capitulo comenzando por señalar que la Revolución de 1968, viene marcada por las manifestaciones que se extendieron por el mundo alrededor de tres años; esta revolución es considerada un fenómeno global por las dimensiones que abarca. Además este año es considerado como uno de loa grandes sucesos formativos d la historia de nuestro sistema mundial ya que realidades culturales-ideológicas has cambiado definitivamente a raíz de esto; en si mismo consolidaron ciertas corrientes estructurales preexistentes en el funcionamiento del sistema.
Un dato sobresaliente que se maneja es que “1968 fue el primer indicio significativo que atestiguaba el comienzo de un estancamiento prolongado de la economía mundial… las dificultades del dólar para 1967”[1]
Estos serian los primeros antecedentes de la Revolución de 1968. Además de que Estados Unidos había entrado en una estilizada relación de guerra fría con la U.R.S.S.; trataba de llevar a cabo una descolonización gradual de Asia y África y sus iniciativas políticas emprendieron resultado en un sistema de control hegemónico ya que para 1950 hizo posible una expansión de su economía a nivel mundial.
Desafortunadamente “para 1960 este modelo hegemónico comenzaba a desgastarse a causa de sus propios éxitos”[2]. Y no se desaprovecharon las oportunidades por parte de la sociedad para mostrar inconformidad, puesto que para el siglo XIX comenzaron a surgir los llamados –movimientos antisistémicos- por un lado los sociales y por el otro los nacionales. Y para el año de 1945 se habían consolidado tres redes de dichos movimientos:
· Los partidos comunista de la Tercera Internacional
· Los partidos socialdemócratas de la Segunda Internacional
· Diversos movimientos nacionalistas o de liberación nacional
“El aspecto relevante para el análisis de la revolución de 1968 fue que los nuevos movimientos que emergieron entonces estuvieron liderados en buena medida por gente joven que habían crecido en un mundo donde los movimientos anti sistémicos tradicionales de sus países no se encontraban en una fase temprana de movilización”[3]
Algo curiosos que expresa el autor en que para el no le parece casual que el mayor estallido dentro del bloque soviético se produjera en Checoslovaquia, un país que contaba con la tradición nacida de la Tercera Internacional, lo particular del caso es que hace referencia de nuestro país al explicar que el mayor estallido en el Tercer Mundo se dio en México por ser una país que poseía movimientos de liberación nacional.
Un termino que se genero en los últimos años de la década de los 1960s fue el de –contracultura- y resultó precisamente un componente muy visible de los diversos movimientos que participaron en la revolución de 1968; se retomo el termino y con mucha mayor fuerza, porque “la contracultura pasó a formar parte de la euforia revolucionaria.”[4]
La parte que llama la atención es cuando se exponen los presuntos legados que dejaron al mundo las revoluciones de 1968, de entrada para el año de 1988 tienen lugar muchas conmemoraciones al respecto como la publicación de libros.
Pero lógicamente eso no puede llegar a ser lo más significativo que dejó la revolución sino fue que “1968 se convirtió en el sepulcro ideológico del presunto –protagonismo- del proletariado industrial”[5]
Además el triunfo de esta revolución consistió en una victoria para los términos: racismo, sexismo y lacras análogas.
“Un primer resultado es que las situaciones legales (Políticas de Estado) han cambiado. Un segundo resultado es que a las situaciones en el seno de los movimientos antisistémicos han cambiado. Un tercer resultado es que han cambiado las mentalidades”[6]. Con lo anterior estoy de acuerdo ya que con toda lucha puede llegar a haber ciertos cambios y como lo maneja la lectura en 1968 los hubo, ya que como no haberlos si fue un “contragolpe, un giro decisivo en la historia” [7]
Hubo un cambio en las políticas económicas sociales e ideológicas del mundo ya que a partir de ese momento, el mundo no fue el mismo, con las manifestaciones que ocurrieron se buscó encontrar una estrategia alternativa al sistema mundial, y protestar que se encontraban en contra de la hegemonía estadounidense. Lo que me llamó la atención de este tema fue que México tuvo una participación en un hecho importante a nivel mundial. Las revoluciones de 1968.

BIBLIOGRAFIA:

ü Wallerstein, Immanuel. Traducción de Vázquez Nacarino, Eugenia.
“Geopolítica y Geocultura, ensayos sobre el moderno sistema mundial”
Editorial Kairós
Barcelona, Febrero del 2007
336 pp.

[1] Immanuel Wallerstein. “Geopolitica y Geocultura” pág. 95
[2] Ibíd. Pàg. 97
[3] Ibíd. Pàg. 99
[4] Ibíd. Pàg. 102
[5] Ibíd. Pàg. 103
[6] Ibíd. Pàg. 107
[7] Ibídem

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