Tripp Arcos Diego Armando
1968 fue un año sumamente importante a nivel mundial, fue una revolución total en el sistema del mundo, pero a la vez individual, gracias a este movimiento las concepciones culturales-ideológicas han cambiado por completo.
Los movimientos de 68 fueron principalmente en contra de la hegemonía estadounidense. Después de la Segunda Guerra Mundial en Francia ocurrieron los llamados “treinta años gloriosos”, que fueron de gran expansión económica capitalista. Sin embargo, Estados Unidos mantenía un dominio político y cultural que abarcaba gran territorio del mundo.
El acuerdo de “Yalta” fue pactado por la URSS y Estados Unidos para limitar sus conflictos meramente ideológicos y así evitar conflictos bélicos principalmente en Europa, que afectarían los intereses de gran parte del mundo, afortunadamente éste acuerdo fue respetado.
Estados Unidos tenía en los años 50s un control hegemónico en el mundo, que le resultó muy efectivo, también se empezó la descolonización de los países del “Tercer Mundo”, pero que se vieron opacados por los conflictos de guerra en Argelia, Vietnam y podría agregarse la lucha que se libró en Cuba.
Existían nuevas presiones ideológicas, por lo que ahora las potencias ya no podrían justificarse tan fácilmente ante la opinión pública, lo que podría señalarse como el antecedente a la gran revolución de 1968, generalizada en Estados Unidos, Checoslovaquia, Francia y México.
Los movimientos de tipo social y nacional se hicieron presentes en el siglo XIX, y buscaban una igualdad social bajo las tres premisas de la Revolución Francesa “libertad, igualdad y fraternidad”.
En el año de 1945 ya existían organismos bien definidos, que eran los partidos de la Tercera internacional, los partidos socialdemócratas de la Segunda Internacional y otro de liberación nacional o también llamados nacionalistas, que habían alcanzado logros importantes a nivel político. Los partidos de la Tercera Internacional se colocaron en el poder de la URSS entre otros y los de la Segunda Internacional llegaron a las esferas del mundo en occidente; incluso esos partidos llegaron a lugares donde hubo colonias en Asia, África y Medio Oriente.
Las revoluciones de 1968 se dieron gracias a los jóvenes que se habían multiplicado por todo el mundo debido a los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.
La contracultura realmente aportó mucho a los movimientos del 68, porque su conducta era totalmente atípica, lo que los hacía contar con una actitud sumamente espontánea que ayudaría a la ruptura de estigmas sociales, aunque después de todo, se convertiría en un elemento totalmente secundario.
Por desgracia los movimientos de izquierda también entraron en conflicto, porque pretendían imponer su prioridad de cómo llevar la lucha. El triunfo en las minorías representaba un logro para las mayorías y a su vez en otras nuevas minorías que surgían. Los principales triunfos de la revolución fueron en términos de racismo, sexismo y en otras ramas también de presión social.
Existían seis variedades de movimientos antisístemicos: 1. En occidente movimientos de “vieja izquierda”, que eran sindicatos y segmentos de la izquierda tradicional. 2. También en occidente movimientos sociales “nuevos”. 3. En el lado socialista hay partidos comunistas tradicionales 4. Extensiones socialistas fuera del partido, buscan la anti burocracia y defender los derechos humanos. 5. En el Tercer Mundo hay movimientos de liberación nacional, tradicionales 6. También en Tercer Mundo movimientos nuevos que rechazan algunos aspectos “universalistas”, con protesta “indigenista” y de carácter religioso.
Estos seis movimientos siempre estaban en constante confrontación porque algunos se consideraban de una variante “antigua” y otros de la “nueva”. Desgraciadamente estos movimientos también reciben influencia de personajes ajenos que lo único que buscan es que en el mundo no exista una igualdad social y que exista una total ausencia de democracia.
En los gobiernos actuales imperan movimientos de minorías que lo único que buscan es sólo satisfacer sus intereses sin importar que otras minorías merezcan un mejor trato. Afortunadamente si existen formas de poder social que busquen un poder y no meramente político sino más bien cultural económico que coadyuve a otro tipo de personas y grupos.
Los movimientos antísistemicos definitivamente deben buscar un tipo de organización burocrática para buscar un papel relevante en la nueva vida política de la época. La organización debe incluir una alianza entre los movimientos de otros lugares del mundo, es decir, entre occidente y oriente.
La premisa de “libertad, igualdad y fraternidad”, puede aplicarse para el análisis social, ósea, libertad en el ámbito político, igualdad en el terreno económico y fraternidad en el terreno sociocultural. Pero, en la sociedad no se puede ser “libre” si existe una tremenda desigualdad, por tanto tampoco se puede obtener igualdad, ya que las personas que ostentan el poder siempre velan por sus propios intereses y no permiten que otras personas puedan tener mejores condiciones de vida.
Lamentablemente las minorías han tenido una limitante constante en sus actos, ya sea por las barreras de las mayorías o por las minorías que tienen intereses egoístas, gracias a los movimientos del 68 la sociedad se ha modificado y ha alcanzado terrenos inigualables de las minorías a nivel mundial, que desafortunadamente hasta la fecha tienen que tener esta constante lucha de pensamientos y de oportunidades en el campo social; por eso se dice que los acontecimientos del 68 aún no han terminado.
Bibliografía.
Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Kairós. España. 2007.
Los movimientos de 68 fueron principalmente en contra de la hegemonía estadounidense. Después de la Segunda Guerra Mundial en Francia ocurrieron los llamados “treinta años gloriosos”, que fueron de gran expansión económica capitalista. Sin embargo, Estados Unidos mantenía un dominio político y cultural que abarcaba gran territorio del mundo.
El acuerdo de “Yalta” fue pactado por la URSS y Estados Unidos para limitar sus conflictos meramente ideológicos y así evitar conflictos bélicos principalmente en Europa, que afectarían los intereses de gran parte del mundo, afortunadamente éste acuerdo fue respetado.
Estados Unidos tenía en los años 50s un control hegemónico en el mundo, que le resultó muy efectivo, también se empezó la descolonización de los países del “Tercer Mundo”, pero que se vieron opacados por los conflictos de guerra en Argelia, Vietnam y podría agregarse la lucha que se libró en Cuba.
Existían nuevas presiones ideológicas, por lo que ahora las potencias ya no podrían justificarse tan fácilmente ante la opinión pública, lo que podría señalarse como el antecedente a la gran revolución de 1968, generalizada en Estados Unidos, Checoslovaquia, Francia y México.
Los movimientos de tipo social y nacional se hicieron presentes en el siglo XIX, y buscaban una igualdad social bajo las tres premisas de la Revolución Francesa “libertad, igualdad y fraternidad”.
En el año de 1945 ya existían organismos bien definidos, que eran los partidos de la Tercera internacional, los partidos socialdemócratas de la Segunda Internacional y otro de liberación nacional o también llamados nacionalistas, que habían alcanzado logros importantes a nivel político. Los partidos de la Tercera Internacional se colocaron en el poder de la URSS entre otros y los de la Segunda Internacional llegaron a las esferas del mundo en occidente; incluso esos partidos llegaron a lugares donde hubo colonias en Asia, África y Medio Oriente.
Las revoluciones de 1968 se dieron gracias a los jóvenes que se habían multiplicado por todo el mundo debido a los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.
La contracultura realmente aportó mucho a los movimientos del 68, porque su conducta era totalmente atípica, lo que los hacía contar con una actitud sumamente espontánea que ayudaría a la ruptura de estigmas sociales, aunque después de todo, se convertiría en un elemento totalmente secundario.
Por desgracia los movimientos de izquierda también entraron en conflicto, porque pretendían imponer su prioridad de cómo llevar la lucha. El triunfo en las minorías representaba un logro para las mayorías y a su vez en otras nuevas minorías que surgían. Los principales triunfos de la revolución fueron en términos de racismo, sexismo y en otras ramas también de presión social.
Existían seis variedades de movimientos antisístemicos: 1. En occidente movimientos de “vieja izquierda”, que eran sindicatos y segmentos de la izquierda tradicional. 2. También en occidente movimientos sociales “nuevos”. 3. En el lado socialista hay partidos comunistas tradicionales 4. Extensiones socialistas fuera del partido, buscan la anti burocracia y defender los derechos humanos. 5. En el Tercer Mundo hay movimientos de liberación nacional, tradicionales 6. También en Tercer Mundo movimientos nuevos que rechazan algunos aspectos “universalistas”, con protesta “indigenista” y de carácter religioso.
Estos seis movimientos siempre estaban en constante confrontación porque algunos se consideraban de una variante “antigua” y otros de la “nueva”. Desgraciadamente estos movimientos también reciben influencia de personajes ajenos que lo único que buscan es que en el mundo no exista una igualdad social y que exista una total ausencia de democracia.
En los gobiernos actuales imperan movimientos de minorías que lo único que buscan es sólo satisfacer sus intereses sin importar que otras minorías merezcan un mejor trato. Afortunadamente si existen formas de poder social que busquen un poder y no meramente político sino más bien cultural económico que coadyuve a otro tipo de personas y grupos.
Los movimientos antísistemicos definitivamente deben buscar un tipo de organización burocrática para buscar un papel relevante en la nueva vida política de la época. La organización debe incluir una alianza entre los movimientos de otros lugares del mundo, es decir, entre occidente y oriente.
La premisa de “libertad, igualdad y fraternidad”, puede aplicarse para el análisis social, ósea, libertad en el ámbito político, igualdad en el terreno económico y fraternidad en el terreno sociocultural. Pero, en la sociedad no se puede ser “libre” si existe una tremenda desigualdad, por tanto tampoco se puede obtener igualdad, ya que las personas que ostentan el poder siempre velan por sus propios intereses y no permiten que otras personas puedan tener mejores condiciones de vida.
Lamentablemente las minorías han tenido una limitante constante en sus actos, ya sea por las barreras de las mayorías o por las minorías que tienen intereses egoístas, gracias a los movimientos del 68 la sociedad se ha modificado y ha alcanzado terrenos inigualables de las minorías a nivel mundial, que desafortunadamente hasta la fecha tienen que tener esta constante lucha de pensamientos y de oportunidades en el campo social; por eso se dice que los acontecimientos del 68 aún no han terminado.
Bibliografía.
Immanuel Wallerstein. Geopolítica y Geocultura. Kairós. España. 2007.
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