domingo, 17 de mayo de 2009

1968, Revolución del sistema mundial

Adriana Mondragón López.


El autor nos presenta una serie de tesis que refieren a 1968, como el ejemplo de una revolución seguida de una serie de cuestionamientos que nos hacen una invitación a la reflexión del significado del año de 1968 como una revolución.

La primer tesis refiere a las manifestaciones, al desorden y violencia que marcaron diversas partes del mundo, en un periodo de aproximadamente tres años. Por tanto, la revolución del 68 así como sus causas y consecuencias no pueden ser analizadas de manera correcta, puesto que las circunstancias corresponden a un contexto particular.

Sin embargo, no puede negarse que 1968 dejo un cambio radical en la realidad cultural e ideológicas del sistema mundial.

Una segunda tesis refiere a “los treinta años gloriosos” denominado así por los franceses debido al importante expansionismo de la economía global después de la segunda guerra mundial.

Entre 1945 y 1967 Estados Unidos tenía un papel importante a nivel mundial por su producción superior, la cual fue detectada después de la segunda guerra mundial, de esta manera obtuvo diferentes beneficios tanto en el ámbito cultural como político, obteniendo así, diversos beneficios, tanto política como culturalmente, con el apoyo de cuatro políticas iniciativas, construyendo, un “sistema de alianzas” caracterizado por el “mundo libre”, al igual que invertía en la reconstrucción económica de Europa con el plan Marshall. Su estabilidad y estatus internacional dependía del poder tener tanto a Europa y a Japón como principales clientes.

El “acuerdo de Yalta” produjo un cambio ideológico, con el objetivo de que no se produjeran cambios en la línea divisoria Este-Oeste y principalmente para que no se llegara a otra guerra en especial con Europa.

Se emprendieron las descolonizaciones de África y Asia, por lo que se vieron forzados a acelerar el proceso debido a la victoria del partido comunista chino, en el que Estados Unidos utilizó a una fuerza militar limitada pero constante.

Debido a los beneficios que logró Estados Unidos en la postguerra alcanzo su hegemonía y se denominó como un país primer mundista y como el eje central, económicamente hablando, del mundo, además de traer beneficios para los estratos sociales medios de todo el mundo.

Una tercera tesis nos plantea los movimientos antisistémicos, siendo los sociales y los nacionales. De esta forma se comenzaron a generarlas polémicas de las clases sociales teniendo por refuerzo a la Revolución Francesa. Partidos con ideologías comunistas, socialdemócratas y nacionalistas comenzaron a propagarse y difundirse. Al frente de todos estos movimientos estuvieron los jóvenes, que se sentían inconformes y buscaban la obtención de un poder estatal.

La cuarta tesis refiere a la importancia que tuvo la contracultura como un componente variable y visible durante los movimientos del 68, siendo el punto central de su expansionismo, en la mayoría de los casos, la música, el arte y la exaltación de la sexualidad humana, se propuso la elevación del puritanismo revolucionario, pero con la idea de que sería más poderoso el amor y la paz para lograr dichos fines.
El autor refiere en una quinta tesis, a la importancia que se comenzó a dar al sector laboral o al proletariado industrial, se hacían distinciones de acuerdo al tipo de ideología y sexo. Así, separaban a los grupos de la vieja izquierda, otorgando una mayor importancia al poder del Estado mediante la acción política de una era llamada post-revolucionaria.

La necesidad de las minorías de una transformación, es lo que hace pensar en una nueva revolución. Ya sea que se trate de minorías raciales, sociales, sexuales, discapacitadas, ecologistas... los ámbitos de la opresión que los empuja a buscar dicha transformación han ido acrecentando con el paso del tiempo.
El cambio de las situaciones legales, de los movimientos anti sistémicos y de mentalidades e ideologías, es el verdadero triunfo de la revolución de 1968.

En la sexta tesis nos da una explicación de de las seis variedades de movimientos antisistémicos. En primer lugar se encuentran los movimientos de vieja izquierda en los países occidentales, en forma de segmentos y sindicatos, dicho en otras palabras, partidos de izquierda tradicionales. Además, en estos mismos países comienzan a surgir nuevos movimientos sociales. Otra variedad de movimiento antisistémico, se da en el bloque socialista en donde los partidos comunistas ostentan el poder. En éste bloque, apoyado por Gorvachov, se da una apelación del leninismo en contra del. Por otro lado, los segmentos de movimientos de liberación nacional tradicionales o herederos en el tercer mundo y por último, el rechazo de estos mismo países tercermundistas con respecto a algunos de los asuntos “universalistas”, planteando formas de protesta “indigenistas”.

Es importante que las seis variantes mencionadas anteriormente, no se dan únicamente en las delimitaciones geográficas y políticas, sino que también se encuentran adentradas y mezcladas con ideologías entre las zonas.

El autor nos plantea una serie de cuestionamientos con la intención de crear conciencia con todo aquello que nos deja la revolución de 1968 así como los años posteriores a ella, asumiendo que alcanzar un cambio político se puede dar sin la adquisición del poder Estatal, para lo cual es necesaria la explicación y la convicción de diversas afirmaciones, sin embargo hay gobiernos que se oponen, lo cual lleva a una discusión sobre su legitimidad de acción.

La importancia que tiene la revolución francesa con su principio “libertad, igualdad y fraternidad” tiene cabida en este discurso que gira en torno a la revolución de 1968. Por otro lado, se hace mención a una mayor obtención de bienes sin que se recurra al productivismo.

¿Qué es una revolución? Una revolución es una serie de cambios radicales, es un giro a la concepción de realidad. 1968 fue una verdadera revolución, al finalizar el movimiento podemos darnos cuenta del legado que nos dejo en nuestras manos, de los diversos cambios tanto políticos, sociales, económicos, como los movimientos que al término de la Segunda Guerra Mundial se sucedieron, trayendo como consecuencia un aumento en la producción y una mejora en la economía, logrando con ello que la economía se tornara como eje central para la continúa expansión territorial e internacional, pero siempre apegándose a la realidad y tomando en cuenta sus limitaciones, con una visión hacia el futuro, generando estrategias para lograr sus objetivos y teniendo en cuenta la importancia de los diversos movimientos que brindaron una estrategia diferente para la correcta producción y el crecimiento mundial.


Bibliografía:
Wallerstein, Immanuel.
Geopolítica y Geocultura: Ensayos sobre el moderno sistema mundial.
Editorial Kairos. Primera edición.
España, 2007. P.p. 336

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