domingo, 17 de mayo de 2009

El informe Brandt

Adriana Mondragón López.


El informe Brandt forma parte de un testimonio del liberalismo kantiano o ilustrado. En el se hace referencia a los imperativos morales, de valores morales del mundo y de una civilización global. Reafirma los objetivos tanto de igualdad como de justicia y expresa el deseo de recuperar el orden.

El informe Brandt nos exhorta a aspirar a la idea de una comunidad global, o es su defecto a una responsabilidad global, que esté basada en en el contrato y no en el estatus. Pero para que este desarrollo sea factible, la atención debe de centrarse en las personas, no en las máquinas.

La idea de justicia y el interés personal son aspectos que son mencionados en repetidas ocasiones dentro del informe, además se plantea aquello que pueda resultar benéfico o contraproducente para aquellas personas y naciones que viven sumidas en pobreza. Sin embargo, no niega que con esta reestructuración se provoquen males, pero estos son menores y por el contrario, evitará males mayores.

A pesar que este informa, esté dirigido a a todo el mundo, en una concepción un tanto más realista no es así. Por un lado la Unión Soviética así como el sur se encuentran excluidos, pues el informe va dirigido a cierta política en especifico por parte de los países del norte, la Comisión advierte que el sur no propone, no hace e insta para cambiar su posición ideológica a una concepción liberal, de iniciativas que conduzcan a cambios en verdad radicales, pero no consideran sus propuestas como la base para una revolución, sino el comienzo de una reestructuración negociada. Sus planteamientos son de índole puramente reformista, ante esta idea de la Comisión, el autor platea el cuestionamiento de si en verdad el reformismo propone una corrección a la problemática que plantean.

Desde este punto de vista, los liberales exhortan a llevar a cabo reformas que reivindiquen el orden social, pero es importante hacer notar que ni en cientos de años se ha visto respuesta a ello ni avance, tal vez, y sólo tal vez cuando la misma opresión empuja a realizar huelgas y protestas. Por otro lado, aunque se llevarán a cabo las propuestas, al agravo al medio ambiente no se reducirá.

Además, otra concepción errónea que plantea la comisión es acerca de las zonas periféricas al sistema capitalista, considerando el avance del campo a la ciudad y por tanto de la industrialización beneficiosa, sin embargo en la práctica y en la misma vida diaria es notable que no aporta mayores beneficios a dichos países, lejos de reducir la desigualdad lo que provoca es un incremento del mismo.

Es curioso que, tratándose de una Comisión en la que sus miembros sean figuras políticas, sea la misma política un rubro escaso e incluso casi nulo, pasa lo mismo con el peso que tienen los movimientos sociales. Por tanto, podría llegar a pensarse que las negociaciones se dan exclusivamente a nivel estatal.


Bibliografía:

Wallerstein, Immanuel.
Geopolítica y Geocultura: Ensayos sobre el moderno sistema mundial.
Editorial Kairos. Primera edición.
España, 2007. P.p. 336

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