lunes, 18 de mayo de 2009

Tipología de crisis del sistema mundial


García Lerdo de Tejada Erick Alejandro

Para Wallerstein, una crisis es una situación de un sistema histórico cuyas contradicciones provocadas a través del tiempo hacen evidente la desaparición de dicho proceso, dando oportunidad a un cambio de rumbo mediante un proceso histórico nuevo.

 

Un sistema histórico implica un modo de producción con divisiones sociales del trabajo. Estos sistemas son finitos, con una duración variable que por lo general ronda por el medio milenio. Esta larga duración contiene procesos cíclicos y procesos seculares del mismo sistema histórico.

 

Grupos dentro del sistema obligados a tomar caminos distintos para proteger sus intereses son la definición de las contradicciones de un sistema histórico, causantes de su futura desaparición mediante un lento proceso que provoca una crisis cuando estas contradicciones alcanzan cierta gravedad.

 

El sistema busca corregir sus errores, pero estos cambios provocan su desintegración. Entonces, queda solamente un periodo de transición en el cual es posible tanto un nuevo sistema sinónimo de progreso o uno sinónimo de regresión.

 

Todos estos supuestos pueden aplicarse al capitalismo. Primero, éste es un sistema basado en la división de trabajo y en la distribución de recompensa de acuerdo a las capacidades y acciones de cada individuo. Su desarrollo y expansión fueron constantes hasta ser el sistema económico predominante en todo el mundo.

 

Su más grande contradicción recae en los acumuladores de capital: deben cooperar con sus trabajadores y competidores que, por otro, les provocan pérdidas por lo cual deben a su vez limitarlos. Actúan de manera cooperativa al principio para evitar problemas a mediano plazo, provocando, primero, “una reducción de los márgenes de beneficio a largo plazo”[1] y segundo, un sentimiento de rebelión por parte de la fuerza trabajadora debido a la “libertad” otorgada por el acumulador arriba de ella.

 

El sistema económico mundial se encuentra entonces en crisis, lo que significa la toma de una nueva dirección, la cual será decidida por los movimientos antisistémicos y por la ciencia, ambas inmersas en sus propias crisis.

 

Los movimientos antisistémicos han resultado exitosos en todo el mundo, con sus diferentes características de acuerdo a la región en donde ejercieron su influencia hasta su obtención del poder.

 

El problema radica en la corrupción de quienes llevaron a cabo dichos movimientos. Ellos permitieron la asimilación de los movimientos dentro del sistema para menguar su poder, de manera que excluyan a otros movimientos antisistémicos paralelos, a ciertos sectores de los beneficios logrados y que reprimen a algunos a favor de otros.

 

Esto ha provocado la aparición de nuevos movimientos que ponen en duda a los anteriores, pues sienten que “se han anclado en la burocracia y están gobernados por los grupos cuyos objetivos actuales difícilmente apenas pueden distinguirse de los de quienes defienden el status qui del sistema mundial”[2].

 

Por otro lado, las ciencias, vistas desde su objetivo de explicar la realidad del mundo como única manera de entenderlo, tuvieron problemas para hacer esto en el ámbito de lo social. Existían los modelos del marxismo y del establishment, opuestos entre ellos en sus fundamentos.

 

La crisis de las ciencias consiste en la dificultad cada vez mayor de estas corrientes para “dar cuenta de la trayectoria actual de la transición histórica en la que hemos empezado a vivir”[3] y que las características del marxismo (la más común de las dos) hacían necesaria la eliminación de sus métodos para fines de investigación científica de los sistemas históricos y de la sociedad.

 

Es así como el destino del mundo depende en buena medida de las elecciones que las personas tomen, mediante la lucha social, para dar solución a estas crisis hacia la toma de un sistema histórico que sustituya al actual, ya sea que represente un progreso o un retroceso.

 

Bibliografía

WALLERSTEIN, Immanuel. Geopolítica y geocultura: Ensayos sobre el moderno sistema mundial, Barcelona: Kaidós, 2007.


[1] Immanuel Wallerstein. Geopolítica y geocultura: Ensayos sobre el moderno sistema mundial, p. 153

[2] Íbid, p. 160

[3] Íbid, p. 165

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