sábado, 16 de mayo de 2009

Mañana no hay clases ¡Que buena onda! o ¿no?


MaRiAna Ramírez Chávez
La noche del jueves 23 de abril se dio un anuncio que sin duda cambió el ánimo de la población mexicana. “Mañana no hay clases”, anunciaba el Secretario de Salud José Ángel Córdova. ¿Cuál era el motivo? Un brote de virus de influenza altamente contagioso que ponía en riesgo a la población mexicana en especial a la del Distrito Federal y Edo de México.

¿Qué no hay clases? ¿Ya viste que mañana no hay clases? Eran conversaciones que se empezaban a leer en el Messenger. Muchos dejaron de realizar la tarea que tenían para el viernes a la 7 de la mañana, otros aún incrédulos prefirieron seguir con su tarea y hacer caso omiso a la información.

Más tarde ya conociendo la realidad del asunto, comenzaron a verse masajes en hi5, Facebook y My space. “es el inicio de la apocalipsis” “es puro choro, otra mentirita más de nuestro grandioso gobierno”. Mientras tanto, podíamos irnos a dormir tranquilamente sabiendo que no iba ver clases ¿Qué buena onda no? Ya hacía falta un “descansito”.

Al día siguiente decidí levantarme temprano para confirmar que no era un sueño y si, efectivamente, no había clases.

Se empezaron a anunciar las medidas de prevención: usar cubre bocas, no saludar de beso ni de mano a nadie, evitar lugares concurridos, un sin fin de medidas que empezaron a crear pánico en la sociedad mexicana.

Las farmacias y hospitales, se empezaron a abarrotar. Se anuncia el cierre de bares, antros, restaurantes, cines y teatros. Cancelación de conciertos. Los partidos de futbol se realizarían a puerta cerrada. En los medios de comunicación no se hablaba de otra cosa que no fuera de influenza. “es influenza porcina” días después se confirmaría que era influenza humana A-H1N1. La ciudad estaba vacía y los pocos que se animaron y salieron utilizaban cubre bocas, nadie saludaba de beso.

Las cifras de personas contagiadas y muertas aumentaba a diario, de pronto el virus se extendió por todo el mundo. ¡que horror!

Mi correo electrónico se lleno de mensajes referentes al tema, “la mentira del siglo”, “la influenza si existe” en fin todos contenían información que indudablemente te ponían a pensar en la situación. “Que aburrimiento, no se puede hacer nada, todo está cerrado” eran comentarios de amigos, conocidos y más.

Los ojos del mundo se enfocaron en México. Algunos países acordaron cancelar vuelos a México, otro país con “ojos chiquitos” decidió poner en cuarentena a mexicanos aun que no presentaran síntomas de influenza. ¡Que discriminación!


Una semana y media después por fin de regreso a la escuela, el tráfico, que días antes estuvo ausente, se hizo notar, en el Pumabús no te dejaban subir sin antes aplicarte gel desinfectante. ¡Órale! la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales estaba limpia, en los baños hay jabón, pocos alumnos usan cubre bocas, la mayoría no hacen caso a las medidas y saludan de beso a sus amigos. La alegría del regresar a clases después de días de encierro se notaba.

Y ahora si, a echarle ganas para recuperar el tiempo perdido , no hay de otra.

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