miércoles, 13 de mayo de 2009


López Rodríguez Yuliana Ivette
Geopolítica y Comunicación
16 de marzo de 2009

CAPÍTULO 12
LO NACIONAL Y LO UNIVERSAL:
¿PUEDE EXISTIR ALGO SEMEJANTE A UNA CULTURA MUNDIAL?

Immanuel Wallerstein, en este capitulo expresa que la cultura es un acumulado de conocimientos de un lugar determinado, también incorpora las actividades de cada individuo con respecto a otro. El autor expresa que estos son valores dentro de la sociedad y que pueden o no beneficiar al grupo social al que se pertenece.


El autor expresa que al pasar el tiempo las naciones-Estado, no se parecerán a las demás a nivel cultural, dentro de este punto se abordaran dos aspectos contradictorios pero que al final caen en lo mismo; el primero, esta a favor de que exista un mundo en el que sólo haya una cultura y una forma de gobernar a nivel mundial, la segunda, dice que las sociedades siempre han sido las mismas pues pasan por los mismo procesos de cambio. Son esto se concluye que de manera temporal el mundo siempre es el mismo.


Las contraculturas nacen de salir de esa similitud ente las culturas. Cabe recalcar que cuando se expresa que es una cultura, esto no quiere decir que todos hagan las mismas actividades, sino que convergen en varios puntos comunes a nivel ideológico y cada uno contribuye a la formación cultural.


Es obvio que hay problemas culturales, pero todo individuo pero todo individuo pertenece jurídicamente solo a una unidad, y se apela a cada una de las de las dichas unidades para que adopten una serie de desiciones culturales, la mayoría vinculantes desde un punto de vista jurídico.


Pero las minorías no son raras en los tiempos que corren, sino que por el contrario, en cada territorio existen minorías y van en aumento. La cultura es una arma de control social, por ello se dice que hay resistencia cultural que forma una resistencia política porque los mandatos se quieren imponer y son difíciles de aceptar por la sociedad.


La asimilación sistémica de la resistencia cultural se da por dos vías opuestas, que se aúnan para privar a la resistencia cultural de su propia razón de ser, es decir, la resistencia misma. Por una parte, los poderosos del mundo tratan de mercantilizar y con ello de desnaturalizar, las practicas de la resistencia cultural. Crean una elevada demanda en el mercado de formas de producción artística de vanguardia.


Por ultimo la cultura es una cortina para controlar al humano, pero tiene un argumento de “misión civilizadora”
[1], desde mi punto de vista la cultura es una serie de arneses que regulan la conducta del hombre, pero éstas no deben sólo de imputárseles al estado, pues cada grupo tiene sus reglas y no son percibidos porque son muy sutiles.

También pienso que una sola cultura no es posible, pues esto ya se llevo a la práctica con la llamada aldea global y se descubrió que no es posible quitar el significado de una cultura para que todos piensen igual y hagan lo mismo, pues hay que recordar que no estamos dentro de una masa sino dentro de una sociedad de públicos perceptores.

BIBLIOGRAFÍA:

Immanuel Wallerstein, Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007.

[1]Immanuel Wallerstein, Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial., Kairós, Barcelona, 2007.

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